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Cartas
Viernes 14 de noviembre de 2025
Muñeca bielorrusa
Señor Director:
Los abogados no podemos callar. El caso de la empresa bielorrusa, que supuestamente habría cohechado a una ministra de la Corte Suprema a través de un complejo sistema de maquinaciones, es de la máxima gravedad institucional.
El caso pone en tela de juicio no solo la imparcialidad, probidad y fe pública del sistema judicial, instalando el punto en el corazón de la Corte Suprema, sino que también en el ejercicio de la profesión de abogado.
Lo más grave es que, según información de prensa, la relación del consorcio bielorruso se extendería a otros presuntos casos de sospechosos movimientos, como lo es el de otro ministro de la Corte Suprema, quien supuestamente habría viajado junto a su señora notaria pública, con uno de los abogados del consorcio, en un crucero por Europa, luego de resolver asuntos en dicha causa. Dicho viaje se habría realizado dos días después de la sentencia del caso, que costó al fisco de Chile $17 mil millones, y consistió además en un encuentro con la destituida ministra en París.
Como colegiado, comparto con el presidente del Colegio de la profesión, Ramiro Mendoza, la necesidad urgente de la Corte Suprema de abrir un cuaderno de remoción en el caso del ministro aludido. Además la Fiscalía debe investigar lo denunciado por la prensa, y la Cámara de Diputados debe seguir este caso para proceder, como lo ha hecho en dos casos de ministros de la Corte Suprema y uno de la Corte de Apelaciones, sopesando acusar constitucionalmente al ministro supuestamente involucrado de ser ciertos los antecedentes.
Este caso nos hace preguntarnos qué ocurrió en otros fallos de los ministros aludidos.
Resulta absolutamente imperioso que las instituciones de la República actúen a fondo, usando todas sus atribuciones, investigando la totalidad de los hechos que podrían involucrar a jueces y abogados, revisando sus decisiones y actuaciones en otros casos.
Se acabó el tiempo. Cuando un país pierde su confianza —ya bastante dañada— en el sistema judicial, el camino a un Estado fallido está muy cerca.
Llegó la hora de actuar con toda la firmeza. Si se hace tarde, no habrá vuelta atrás.
José Gabriel Alemparte Mery
Abogado