Señor Director:

Hace más de 40 años propuse convertir a Codelco en sociedad anónima abierta y ceder gradualmente el 50% de su propiedad a inversionistas privados mediante aumentos de capital, sin vender acciones del Estado. La lógica era clara: capitalizar plenamente la empresa y que su control pasara de la administración política a propietarios con responsabilidad y riesgo, capaces de desarrollar las mayores reservas mineras del país. En esa época no existían las AFP; hoy el mercado de capitales hace viable este diseño. Tampoco soy partidario de obligar a las AFP a suscribir: las nuevas acciones debieran licitarse al mejor postor para maximizar la capitalización de Codelco.

Dejé esa idea por escrito en el capítulo “Volviendo a los orígenes”, incluido en un libro editado por Juan Carlos Méndez, este sí el mejor director de Presupuestos de la historia.

Hoy actualizaría esa propuesta con un componente de propiedad social. Tras colocar ese 50% en el mercado, propongo distribuir, en dos o tres ciclos decrecientes, una parte del 50% estatal entre el 50% de las madres de menores recursos, con prohibición de venta por 40 años. Con el remanente estatal, efectuar nuevas entregas condicionadas: a los tres años, a madres que hayan tenido dos hijos desde la fecha inicial; y a los cinco años, a quienes hayan tenido tres hijos desde esa misma fecha.

Este ciclo podría repetirse hasta completar la transferencia del 100% de las acciones, de modo que Codelco sea realmente el sueldo de Chile para las familias más vulnerables, y no solo “el sueldo” de sus empleados y directores.

Jorge Claro Mimica
Ingeniero civil y comercial