Señor Director:

El triunfo arrasador de Milei en las parlamentarias argentinas no fue casualidad ni milagro: fue pura estrategia comunicacional. Mensaje consistente en el tiempo, presencia digital permanente, shows en vivo, lenguaje directo y, sobre todo, autenticidad brutal. Mientras muchos lo ridiculizaban, él entendió algo básico: en tiempos polarizados, el tibio se hunde.

Milei ganó porque no fingió moderación. Su mensaje fue claro, consistente y confrontacional. En cambio, los partidos tradicionales siguen jugando a no incomodar a nadie... y terminan sin entusiasmar a nadie.

En Chile, los partidos y coaliciones históricas como Chile Vamos y la DC parecen no aprender esta simple lección: en política hoy el mayor riesgo no es ser polémico, sino ser irrelevante.

Luciano Castellucci
Director Master in Marketing Management UAI