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Cartas
Sábado 25 de octubre de 2025
El Estado caza delincuentes, como yo
Señor Director:
Escribo satisfecha por haber presenciado un triunfo de la justicia. Ayer, alrededor de las 10:15, cuando trabajaba en mi casa (La Reina), viví en carne propia la inigualable eficacia de nuestras instituciones.
Mientras los noticiarios informan sobre portonazos, balaceras, asesinatos y los delincuentes de cuello y corbata terminan absueltos, en mi humilde morada se desarrolló una operación de alto impacto. ¡Nada menos que un cuartel móvil de Carabineros llegó a mi domicilio! No buscaban armas, drogas ni a un prófugo de la justicia. Aunque sí tenían orden de allanamiento, los carabineros se abstuvieron de usarla.
El motivo era llevarme detenida por una multa impaga por ruidos molestos, multa que, por cierto, nunca llegó a mis manos. Asumo que esto se remonta a marzo, cuando mi hijo tuvo la desfachatez de cumplir 18 años y celebrar una fiesta una noche de sábado, y antes de la 1 de la madrugada un inspector municipal vino a exigirnos apagar la música. Sí, soy culpable porque le permití seguir con su celebración, lamento haber perturbado la paz de mis vecinos a altas horas de la madrugada.
Ahora, me pongo de pie para aplaudir al juez(a) que tomó la decisión. En tanto, los verdaderos delincuentes gozan de una libertad envidiable deambulando “como Pedro por su casa”, el Estado despliega recursos para perseguir a una madre que permitió a su vástago llevar a cabo tamaña algarabía.
Sin embargo, eximo de responsabilidad a los dos carabineros que —me atrevería a decir, estaban tan o más sorprendidos que yo— cumplieron la orden.
Total del gasto de recursos humanos y materiales: tres carabineros, un cuartel móvil, una hora y media de nuestras jornadas laborales y el mal rato.
Pero ahora respiro tranquila e invito a mis conciudadanos a sentirse en paz. Saber que las instituciones tienen los recursos para montar un operativo de esta naturaleza por la molestia provocada por unos decibeles de más, me hace pensar que la delincuencia en nuestro país está derrotada y que los bombos y platillos para anunciar “la llegada de la merca” ocurren en otro planeta.
Cynthia van Lamoen Pinto