Señor Director:

El reconocimiento a María Corina Machado con el Premio Nobel de la Paz levantó críticas en el PC criollo. Su presidente, Lautaro Carmona, junto con lamentarlo, lo criticó.

La gesta que libró María Corina contra el fraude electoral de Maduro no fue, a su parecer, una contribución civilizatoria, como la realizada por premiados anteriores, Mandela o Luther King. Relacionó la premiación con haber convocado a una intervención militar en Venezuela. El galardón habría sido con “criterio político”.

Ello abrió las puertas para que desde la tienda saliera una andanada de comentarios, todos vinculados a la flota norteamericana apostada en el Caribe, dando a entender que prácticamente era obra de Machado: “optó por llamar paz a lo que conocemos como intervención y tutela... disponer de una potencia extranjera para promover un golpe de Estado en su propio país”, etcétera, etcétera.

A falta de argumentos y raciocinio ponderado, ¡las reacciones que provoca el dogmatismo, ah! ¿Qué más evidencia se puede pedir? Ellos pusieron el tema, defienden dictaduras con todas sus letras. Porque la democracia para ellos no es la que conocemos en Chile. No, no. Es otra, asambleísta, “popular” como la llaman —¿diré “distinta”?

Ha quedado demostrado que en el actual gobierno están a “contrapelo”, incluso con nuestra democracia. Son pacientes, eso sí, esperan el momento en que se den las “condiciones objetivas”, incluso en estos años. Después del estallido creyeron verlas con el escenario que promovía el Frente Amplio. ¿Teillier no pidió la renuncia del Presidente Piñera?

Álvaro Góngora E.
Universidad Finis Terrae