Con el objetivo de promover la competencia y la inclusión financiera, aprovechando las ventajas de la incorporación de la tecnología, en enero de 2023 se publicó la Ley Fintec. Uno de los elementos centrales de esta ley fue la creación de un Sistema de Finanzas Abiertas (SFA). Este permite, con el consentimiento de los clientes, el intercambio seguro de su información entre entidades participantes del sistema financiero, de manera de que las personas y empresas puedan acceder a mejores productos y servicios financieros, de acuerdo con sus necesidades y capacidades.
Así, el SFA elimina una de las principales barreras de entrada a la industria financiera, como es la asimetría entre distintas instituciones respecto de la información financiera de sus clientes; impulsa una mayor competencia y la inclusión de segmentos de la población como pymes y hogares de menores ingresos; permite el empoderamiento del cliente financiero; ayuda al fortalecimiento de los estándares de gestión de riesgo de los proveedores de servicios financieros; e incentiva la oferta de nuevas opciones de pagos digitales.
Los beneficios de un SFA son reconocidos internacionalmente. Ya existen más de 90 jurisdicciones que han adoptado esquemas de banca o finanzas abiertas. En más de un 60% de los casos, la implementación ha sido liderada por una institución reguladora, sea el regulador de competencia, financiero o de protección al consumidor, destacando las experiencias de Australia, Brasil, India y Reino Unido.
Los modelos adoptados son diversos, y van desde aquellos con infraestructura centralizada, que operan con una autoridad o institución financiera que intermedia y gestiona los servicios, como en Brasil e India; a aquellos menos centralizados, en los casos de Australia, Chile y Estados Unidos.
La ley encargó a la CMF la dictación de la regulación para la adecuada implementación del sistema. Consecuentemente, en julio de 2024 se publicó la norma que define los aspectos centrales del funcionamiento del SFA. Durante este año se ha trabajado en el anexo técnico de dicha regulación, que define algunos aspectos específicos que permiten la operación del sistema.
La normativa publicada recoge muchas de las conclusiones de una amplia discusión con organismos internacionales, reguladores externos, y actores del sector público y privado. Se realizaron siete mesas consultivas temáticas, donde participaron más de 400 personas, representando a 141 entidades. Además, el texto de la norma y sus anexos técnicos se pusieron en consulta pública por un mes, período durante el cual se recibieron comentarios de más de 50 entidades.
Al mismo tiempo, la CMF creó una instancia consultiva adicional, el Foro de Finanzas Abiertas, donde participan los principales actores del SFA. Este Foro aporta a la CMF propuestas no vinculantes de especificaciones técnicas necesarias para la implementación del sistema.
Por la magnitud y complejidad de los desafíos, sabemos que es necesario avanzar con gradualidad. Por ello, dentro de los límites establecidos por la ley, la CMF estableció un tiempo de preparación de 24 meses para las entidades interesadas desde la fecha de dictación de la norma. Luego de ello, comenzará la entrega gradual de la información a compartir, para que el sistema esté operativo a los 36 meses de la entrada en vigor de la norma. Adicionalmente, la CMF está evaluando establecer un período de marcha blanca voluntaria previo a la implementación plena del SFA.
Para el éxito del SFA también es necesario que este sea seguro y confiable. Por ello, la norma fija exigentes estándares de seguridad y un ambiente de control que disminuye los riesgos de usos indebidos de la información que se comparta entre los participantes del sistema, en línea con los principios de protección de datos de los clientes financieros.
El desafío que enfrenta la industria financiera y el regulador es complejo. Por lo mismo, la implementación del SFA requiere el trabajo colaborativo del sector público y privado. Además, se debe mantener una actitud atenta y flexible para recoger oportunamente las lecciones de la experiencia, perfeccionando la normativa y los procesos de negocios cuando ello sea necesario.
Este esfuerzo permitirá concretar una modernización del sistema financiero que generará beneficios tangibles para el país y, en particular, para las personas y empresas, resguardando a su vez la resiliencia y la estabilidad del sistema financiero.
Solange Berstein
Augusto Iglesias
Bernardita Piedrabuena
Catherine Tornel
Beltrán de Ramón
Consejo de la CMF