Señor Director:

Escribo estas palabras con rabia y desesperanza. En los días recientes, Peñalolén ha sido noticia por una seguidilla de turbazos, portonazos y otros hechos delictuales. El domingo —al intentar llegar a mi domicilio después de una extenuante jornada laboral— fui testigo de un delito flagrante. Dos individuos, presumiblemente con la intención de realizar un robo de autos, bloquearon una de las principales arterias de la comuna —cerca del Centro Médico de Clínica Las Condes— con rocas de gran tamaño en mitad de la calzada. Intenté comunicarme infructuosamente con Carabineros y Seguridad Ciudadana por una hora. Lamentablemente, no lo logré. Tuve que ir personalmente a la 43ª Comisaría de Peñalolén y al Centro de Seguridad Ciudadana para dar alarma a las autoridades.

Es impactante e indignante que en estos tiempos de redes sociales y alta tecnología, para un hecho particularmente grave y sensible para nuestros vecinos, los ciudadanos tengamos que movilizarnos y exponer nuestra integridad para alarmar a las autoridades.

Variados son los reclamos de los vecinos de nuestra comuna con el nuevo alcalde por la falta de seguridad: escasa cantidad de móviles, retiro de puntos estratégicos de control e insuficiencia de personal. Por ejemplo, según lo que se nos informó, nuestro número de emergencia contaba con una sola operadora para atender los llamados de toda la comuna esa noche.

En su gestión inicial, el alcalde oficialista, Miguel Concha (FA), está representando las principales fallas que los chilenos vemos en nuestro Estado: burocracia, desinterés, falta de coordinación y poca comunicación con los vecinos.

Como ciudadano pido lo básico: llegar a compartir con mi familia tranquilo en la noche, con la expectativa de que el Estado de Chile esté presente para garantizar nuestro descanso.

Nicolás Pimentel Pérez