Señor Director:

Se cumplen 52 años del golpe de Estado en Chile y, aunque parezca un hecho lejano, sus ecos siguen presentes. No solo en la memoria de las víctimas y en el legado de Salvador Allende, sino también en los intentos de relativizar la dictadura y en las nuevas formas de atentar contra la democracia.

Hoy, la amenaza no llega con tanques ni fusiles, sino con estrategias más sofisticadas: campañas digitales de odio, desinformación organizada y ejércitos de cuentas falsas que manipulan el debate público. Lo que antes fue censura y represión, ahora se expresa en algoritmos que intoxican la conversación democrática y siembran división.

Frente a ello, la memoria no puede ser un ejercicio pasivo. Recordar el 11 de septiembre de 1973 es también advertir sobre los riesgos actuales, porque la democracia puede morir bajo las bombas, pero también bajo la mentira y la manipulación.

A 52 años, reafirmamos con fuerza que la memoria es compromiso: nunca más sin democracia, nunca más sin verdad, nunca más sin dignidad.

Juan Luis Castro
Jefe de Bancada Senadores Socialistas Gastón Saavedra
Subjefe de Bancada Senadores Socialistas