Señor Director:

El 28 de julio de 1957 se fundó la Democracia Cristiana, como sucesora legal y política de la Falange Nacional. Se sumaban nuevos grupos de militantes conservadores que asumían las posturas ideológicas en lo social de la Iglesia Católica y los contenidos doctrinarios de la Falange. Casi 70 años después la Democracia Cristiana, en el evidente clima polarizado de la política chilena, opta por desechar la posibilidad de ofrecer un camino distinto que nos saque del clivaje actual. Inquietos por el país y por el propio Partido, ofrecimos esa alternativa, que fue rechazada en una Junta Nacional en la que se privilegió una fórmula de aceptación de una candidatura que no solo carece de programa, sino que los planteamientos hechos por esa candidata en las primarias se alejan de los planteamientos ideológicos y doctrinarios del PDC.

Triste aniversario, porque implica renunciar a la responsabilidad ética de participar en una primera vuelta, ofreciendo caminos diferentes para el pueblo chileno. Olas de renuncias de militantes y muchos anuncios de personas de diferentes miradas en el sentido de que votarán en blanco o nulo, aumentan la inquietud sobre lo que esta polarización traerá al país.

Siempre hago proposiciones: las hice, incluso aceptando una precandidatura presidencial propuesta por militantes de base e integrantes de la Junta Nacional. Ahora, en este nuevo cumpleaños de mi partido, solo expreso mi lamento. Por el Partido y por el pueblo chileno.

Jaime Hales
Escritor, abogado