Señor Director:

Tiene solo 9 meses y está con riesgo vital, hospitalizado en el Félix Bulnes con quemaduras graves y test positivo en cocaína. Su mamá, dependiente de esta droga, fue detenida. Este caso extremo visibiliza una realidad ignorada. La narcoviolencia. Y los graves casos de tráfico en instituciones del Estado no pueden hacernos perder de vista el reverso del problema: cada gramo será consumido por escolares, adultos y también por recién nacidos gestados en la adicción de sus mamás.

Según Senda, 735 mil personas presentan consumo problemático. Un tercio son mujeres, muchas en edad fértil, en situación de calle, atrapadas por la pasta base. ¿Y sus hijos? Nacen con síndrome de abstinencia y daño neuromotor y cognitivo. Si en la maternidad se detecta el consumo materno, esas guaguas son derivadas a un hogar de lactantes, por tiempo indefinido, sin recibir tratamiento. Si no lo pesquisan, crecerá entre la droga. Ambas rutas son traumáticas, marcan su desarrollo y perpetúan el ciclo: violencia, deserción, consumo, vulnerabilidad.

En 2017, Corporación La Esperanza creó el programa “Naciste Tú”, que trata a los recién nacidos y a sus madres desde el parto, con residencia intensiva, equipos especializados, asegurando un vínculo responsable y afectivo. Los resultados duplican los índices de adherencia y los niños tratados alcanzan niveles de desarrollo similares al promedio.

Pero el Estado ahoga este esfuerzo. El programa no recibe financiamiento público. Desde 2018 hemos tratado de reconstruir el centro que se incendió en Rancagua, pero Bienes Nacionales retiene hace cuatro años la firma del comodato y el Gobierno Regional se negó a evaluar su rentabilidad social. Da impotencia.

“Naciste Tú” es una respuesta concreta, a tiempo y con resultados. Pero por falta de apoyo, recién nacidos, como el de Pudahuel, crecen en la calle o institucionalizados, sin acceso a una solución concreta y efectiva.

Ana Luisa Jouanne
Directora de Corporación La Esperanza