Desmintiendo a quienes lo acusaron de querer eternizarse al frente del fútbol chileno, el presidente de la ANFP y de la Federación, Pablo Milad, ha declarado que no se postulará para un nuevo período. Como se sabe, su mandado en ejecución termina el próximo año. Han pasado cinco desde su llegada a la presidencia (30 de julio de 2020, agregando reelección en 2022).
Toda la etapa de Milad ha sido conflictiva y surcada por comentarios negativos en casi todos los rubros que se puedan comentar. Que hoy avise que no se repostulará hace pensar que sería mejor que renunciara, considerando el estado en que se encuentra toda la actividad futbolística y la urgencia de encarar ciertos asuntos largamente retrasados, particularmente las necesarias modificaciones a la Ley de Sociedades Anónimas Deportivas Profesionales (SADP) y la separación de la ANFP de la Federación de Fútbol de Chile.
La ley nació por el fracaso del sistema anterior, pero la experiencia ha señalado la necesidad de modificarla, como sucede con muchas disposiciones legales. Increíblemente, el directorio de la ANFP se rebela contra la idea, acudiendo incluso a la FIFA con el argumento de que se estaría interviniendo el fútbol por el poder político. Esto ocurre mientras crece el movimiento No + ANFP, y los campeonatos, el fútbol joven y la selección se desenvuelven en la precariedad y la incertidumbre.
Por lo tanto, dada la urgencia de las materias que afligen al fútbol y considerando que el presidente ha decidido no seguir más allá del vencimiento de su período, su renuncia sería bienvenida por todos los sectores. ¿Para qué seguir?
Es posible que eso haya pensado Milad a mediados de junio cuando comentó que adelantar las elecciones no era descartable… si se lo pedían. Lo que se comenta es que hacer elecciones en noviembre permitiría a la nueva directiva contratar al próximo DT de la selección.
Ahora bien, sea ahora o en 2026, ¿quién asoma como posible presidente del fútbol? Mejor dicho, ¿se perfila alguien como salvador de un fútbol que vive hace tiempo al borde del precipicio? ¿Algún miembro del actual directorio? No parece posible. ¿Algún miembro del Consejo de presidentes? Menos posible aún, por el desprestigio del ente colegiado.
Entonces, ¿qué? Tal vez un representante de jugadores… Si son dueños de los futbolistas y de algunos clubes, ¿por qué no? Todo es posible cuando se vive en la leve frontera entre la razón y la locura.