Señor Director:

El pasado viernes 4 de julio fui víctima de una violenta encerrona y robo de mi vehículo, tras ser obligada a desviarme de la autopista Américo Vespucio, en el sector de la Ruta 68, debido al cierre arbitrario de pistas por parte de la concesionaria. El desvío, carente de iluminación y medidas de seguridad, me expuso a una zona sin resguardo, donde cuatro delincuentes armados me interceptaron y me arrebataron el auto y mis pertenencias. Pese al shock, agradezco estar con vida y haber recibido ayuda inmediata de un testigo que me trasladó a la comisaría.

Mi vehículo fue encontrado posteriormente por la policía en condiciones lamentables, utilizado por los antisociales para delinquir y destruirlo. No fui la única víctima esa noche: otra mujer fue asaltada poco antes en el mismo punto.

Este hecho no solo refleja la inseguridad que enfrentamos a diario, sino también la negligencia de las autopistas concesionadas, que exponen a los usuarios al cerrar pistas sin la debida coordinación con Carabineros ni advertencias claras a los conductores. Pagamos peajes para tener seguridad y tránsito expedito, no para ser abandonados en la oscuridad y el peligro.

Espero que estas situaciones no sigan ocurriendo y que las autoridades exijan a las concesionarias asumir su responsabilidad en la seguridad de quienes circulamos por sus vías.

Pamela Cuadra Garrido