Señor Director:

La pregunta que plantea uno de sus lectores —¿acaso no es absurdo admitir a la competencia política a quienes podrían suprimirla?— acompaña inevitablemente al juego democrático.

Como la democracia concede el poder a las mayorías, siempre arriesga el peligro de que quien la obtiene desconozca los derechos de los ciudadanos y suprima o restrinja la competencia. Eso no es privativo de la izquierda, sobra decirlo. El fenómeno de los nuevos autoritarismos ofrece ejemplos de izquierda y de derecha. Pero, se dirá, ¿acaso el comunismo no considera por principio al juego democrático meramente instrumental? Es verdad, pero no es el único que lo sostiene. En la derecha hay también una larga tradición, con prestigiosos nombres, que afirman que la democracia es puramente instrumental.

Pretender asegurar la vida democrática mediante la exclusión puramente conceptual o ideológica es un error, y cuando se dirige solo contra el Partido Comunista casi siempre acaba en lo que, en la columna que suscitó la pregunta del lector, llamé anticomunismo irracional.

Carlos Peña