Hace días, el sabio Dr. Patricio Meller, economista, profesor del Depto. de Ingeniería Industrial de la U. de Chile, almorzó buenos sándwiches con periodistas.

Abogó por la descentralización, reforma más importante que la discusión sobre elecciones y parlamentarios, dijo.

Colegas alegaron que desde el centro no nos desprenderíamos de poder. Tajante, Meller mostró cifras, y también una intuición: “Es más fácil conseguir acuerdos a nivel regional que a nivel nacional”.

Yo venía llegando de la Región de Los Lagos, la gente allá se quería más. Recordé los clubes radicales: exquisiteces, brindis y conversas.

Meller criticó la tensión gobernador regional–delegado presidencial (obvio). Se han transferido atribuciones, pero sin recursos, alegó.

Comparó a México con Chile, ambos con bajo gasto público, pero México, lejos, más descentralizado.

El Presidente debiera preocuparse principalmente de la seguridad, dijo. Y le agregó temas como el comercio internacional, los tratados, la estabilidad financiera.

En cambio, en regiones la cosa es cómo crecer, dónde invertir, cómo atraer, cómo establecer la gobernanza del territorio… y cómo ser en 30 años.

Hoy, Santiago distribuye recursos, pero los moldes no calzan con las geografías.

Cada territorio puede generar su estrategia de desarrollo, sin grabarla en piedra… alentando participación para focalizarla. La confianza abre ojos y caminos… una narrativa compartida.

El gasto chileno en regiones es el 3% del PIB; la inversión promedio de países OCDE en sus regiones quintuplica la chilena.

Nuestros gobiernos locales deciden solo sobre el 15% del gasto en su territorio (OCDE- 30 a 50%). La metrópolis manda.

Hoy crece la participación: las autoridades de Cerrillos que rechazaron la instalación del data center de Google no resultaron reelegidas; mientras, Quilicura aparece en el mapa mundial porque acogió el proyecto. La voz ciudadana cohesiona, legitima la autoridad.

Habría escollos: la corrupción local sería más fácil: contarían con más recursos. Hoy los 35 fraudes municipales más relevantes alcanzan los US$ 185 millones. Necesitaremos más “Dorothy Pérez”, dijo Meller refiriéndose a la contralora.

Hoy, en promedio, solo dos funcionarios por región ejercen auditorías. En 200 municipios hay entre 1 y 3 funcionarios que controlan la ejecución de presupuestos de entre $3 mil y $105 mil millones. Falta gente capacitada, faltan reglas.

Al final, Meller enumeró medidas. Y cerró: “La Región Metropolitana exporta solo el 8,5% de los US$ 100 mil millones que exporta Chile; las regiones exportan el 91,5%. ¿Por qué no se les transfieren más recursos?”

Recordé a las 18 hrs. el taco en la Ruta 5 desde Puerto Montt a Puerto Varas.

Trabajadores se van a casa; ven para dónde va la cosa. Buscan no solo PIB, también calidad de vida.

Tal vez en regiones sepan más de acuerdos. Tal vez contradigan el dicho “pueblo chico, infierno grande”.

Y ocurra lo que la ingeniería en alimentos llama “la comensalidad”. Una avenencia en el destino.