Chile independiente pronto logró se le reconocieran credenciales de comunidad organizada. Este éxito republicano y posteriores ratificaciones fueron principalmente motivados por ejercicios formales de voto ciudadano. Elecciones y plebiscitos estimularon ímpetus sociales y, paulatinamente, menos chilenos se marginaron mientras crecientes números de electores participaron, salvo situaciones excepcionales, en comicios en que se cotejan ideas y proyectos, y líderes para realizarlos. El resultado de tales jornadas cívicas ha sido vaticinable con mediana certeza, antes por mera intuición humana y ahora, además, por el portentoso desarrollo tecnológico y el aporte de la denominada inteligencia artificial.

Con todo, los pronósticos de las próximas elecciones generales que por ahora se conocen son múltiples y contradictorios y se basan en concentraciones menores y en foros o tertulias en locales cerrados, cuyas imágenes muestran electorados pasivos y dirigencias estimadas elitistas y en actitud de venir “a regalar por cuenta de fábrica”, mientras los candidatos intercambian detalles incómodos de sus respectivas biografías.

Así, los ánimos colectivos están inquietos por la incertidumbre del resultado. Como en las enfermedades graves, el diagnóstico es reservado. Después del escáner del próximo domingo 29 sabremos si podemos recuperarnos y cuál podría ser el tratamiento adecuado.

Corusco