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RenovarColumnistas
Lunes 16 de junio de 2025
La Tierra es mar
"No es que se busque prohibir la minería submarina, solo pausarla, hasta que se midan las consecuencias. O, al final, resultará más caro permitir que estudiar".
“El fondo de los océanos no puede convertirse en un Far West”, repitieron los delegados de Brasil, de Colombia y el secretario general de la ONU, António Guterres. Hizo eco Leticia Reis de Carvalho, secretaria general de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA).
Ocurrió en Niza, Francia, durante la Conferencia de la ONU sobre los Océanos (UNOC 3). Terminó el viernes. Las conferencias UNOC miden el avance hacia el objetivo 14 de desarrollo sustentable 2030: “Conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible”. Fue la tercera reunión.
La cuarta reunión (UNOC 4) se celebrará en Corea el 2028, y la presidirán Chile y Corea. Será la última UNOC antes del año del arqueo, el 2030. (La Asamblea General ONU debe ratificarlo).
La semana pasada, nuestro canciller y su equipo se desplegaron para lograr que en Valparaíso se instale la sede mundial del “Acuerdo de alta mar”, oficialmente el “Acuerdo sobre la conservación y uso sostenible de la biodiversidad marina más allá de las jurisdicciones nacionales”. El organismo no existirá hasta que 60 países ratifiquen ese Acuerdo, ya firmaron 51.
El lobby cosechó adhesiones para Valparaíso.
También se buscó poner en pausa la minería de los fondos marinos. No bloquearla, sino esperar. Porque tal minería “sin precedentes, sin datos, no se sabe qué impactos y daños ambientales puede ocasionar”. Es solo una “pausa precautoria”, publica nuestra Cancillería.
Con Brasil, Costa Rica, Francia, Alemania, Irlanda, Suiza, Vanuatu y Palaos la diplomacia chilena busca que la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos “apruebe una política general sobre la protección del medio ambiente marino, con el fin de asegurar la obligación que tenemos de proteger la biodiversidad marina”.
Proyectos de minería submarina ya prosperan en varios países, especialmente en EE.UU., obviando riesgos. Por ejemplo, sacar la corteza oceánica puede liberar toneladas de gases de efecto invernadero a la atmósfera. El océano es el principal capturador, por millones de años, de esos gases.
No es que se busque prohibir la minería submarina, solo pausarla, hasta que se midan las consecuencias. O, al final, resultará más caro permitir que estudiar.
Vale cuidar la biodiversidad. La conferencia valoró que la ministra del Medio Ambiente, Maisa Rojas, anunciara la vigilancia sobre nuevas áreas marinas. Se aumentará el cuidado del mar de Juan Fernández, de Nazca-Desventuradas, de rica vida. “Llegaremos a más del 50% de nuestra Zona Económica Exclusiva protegida bajo alguna figura de conservación”, dijo la ministra.
El océano es múltiple, como el aire. La conferencia y la presencia chilena fueron misceláneas. Asistieron por Chile líderes de la pesca industrial, de la pesca artesanal, de la indagación científica, de la Armada, de exponentes de la “economía azul”…
Conocieron y se dieron a conocer. La Tierra es mar y se desconoce.
Ocurrió en Niza, Francia, durante la Conferencia de la ONU sobre los Océanos (UNOC 3). Terminó el viernes. Las conferencias UNOC miden el avance hacia el objetivo 14 de desarrollo sustentable 2030: “Conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible”. Fue la tercera reunión.
La cuarta reunión (UNOC 4) se celebrará en Corea el 2028, y la presidirán Chile y Corea. Será la última UNOC antes del año del arqueo, el 2030. (La Asamblea General ONU debe ratificarlo).
La semana pasada, nuestro canciller y su equipo se desplegaron para lograr que en Valparaíso se instale la sede mundial del “Acuerdo de alta mar”, oficialmente el “Acuerdo sobre la conservación y uso sostenible de la biodiversidad marina más allá de las jurisdicciones nacionales”. El organismo no existirá hasta que 60 países ratifiquen ese Acuerdo, ya firmaron 51.
El lobby cosechó adhesiones para Valparaíso.
También se buscó poner en pausa la minería de los fondos marinos. No bloquearla, sino esperar. Porque tal minería “sin precedentes, sin datos, no se sabe qué impactos y daños ambientales puede ocasionar”. Es solo una “pausa precautoria”, publica nuestra Cancillería.
Con Brasil, Costa Rica, Francia, Alemania, Irlanda, Suiza, Vanuatu y Palaos la diplomacia chilena busca que la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos “apruebe una política general sobre la protección del medio ambiente marino, con el fin de asegurar la obligación que tenemos de proteger la biodiversidad marina”.
Proyectos de minería submarina ya prosperan en varios países, especialmente en EE.UU., obviando riesgos. Por ejemplo, sacar la corteza oceánica puede liberar toneladas de gases de efecto invernadero a la atmósfera. El océano es el principal capturador, por millones de años, de esos gases.
No es que se busque prohibir la minería submarina, solo pausarla, hasta que se midan las consecuencias. O, al final, resultará más caro permitir que estudiar.
Vale cuidar la biodiversidad. La conferencia valoró que la ministra del Medio Ambiente, Maisa Rojas, anunciara la vigilancia sobre nuevas áreas marinas. Se aumentará el cuidado del mar de Juan Fernández, de Nazca-Desventuradas, de rica vida. “Llegaremos a más del 50% de nuestra Zona Económica Exclusiva protegida bajo alguna figura de conservación”, dijo la ministra.
El océano es múltiple, como el aire. La conferencia y la presencia chilena fueron misceláneas. Asistieron por Chile líderes de la pesca industrial, de la pesca artesanal, de la indagación científica, de la Armada, de exponentes de la “economía azul”…
Conocieron y se dieron a conocer. La Tierra es mar y se desconoce.
