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Editorial
Sábado 14 de junio de 2025
¿Qué está pasando en EE.UU.?
Los datos económicos en los Estados Unidos aún no dan cuenta del impacto de los aranceles. Tampoco es evidente el efecto de la política migratoria. Sin embargo, existen señales que deben ser monitoreadas. El conflicto entre Israel e Irán es un nuevo flanco de incertidumbre, con un potencial desestabilizador de la economía mundial.
Fue una semana noticiosa para la economía de los Estados Unidos. Los mercados estaban a la espera tanto de un nuevo reporte de inflación como de la respuesta de los agentes frente a las cifras de empleo.
En el frente inflacionario, el dato para mayo entregado el miércoles por la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) fue una buena noticia. La variación mensual alcanzó solo el 0,1%, por debajo del 0,2% anticipado por el mercado. Con esto, la inflación en doce meses se ubicó en 2,4%, contribuyendo nuevamente al objetivo impuesto por la Reserva Federal (Fed) de llevarla a 2% en el mediano plazo. El índice de precios que excluye los alimentos y la energía alcanzó el 2,8% anual (0,1% mensual), confirmando la desaceleración de tres meses de uno de los indicadores a los que más atención presta la autoridad monetaria. Por otra parte, el reporte del índice de precios de los productores, presentado el jueves, arrojó una variación mensual de 0,12%, llevando la inflación anual medida por este indicador al 2,6%, algo por sobre el 2,5% del mes anterior, pero confirmando el alejamiento de las presiones sobre los precios.
Así, el conjunto de cifras sugiere que el impacto de los aranceles impuestos en abril pasado aún no ha sido traspasado a precios, situación que probablemente cambiará en los próximos meses. De hecho, la expresidenta de la Fed y exsecretaria del Tesoro Janet Yellen indicó que espera observar niveles de inflación anualizada nuevamente en torno al 3% durante el verano del hemisferio norte. Además, la escalada del conflicto entre Israel e Irán puede ser también un elemento a considerar por su impacto directo sobre el precio del petróleo, que ya registró un importante aumento en la última jornada.
Con una institucionalidad que permite rápidas adecuaciones, el mercado laboral estadounidense ha mostrado por largo tiempo una significativa resiliencia y los datos de mayo no hicieron más que confirmarlo. Nuevamente, la preocupación técnica estaba centrada en el potencial impacto negativo de los aranceles sobre la actividad. Y si bien no se descarta que esto eventualmente se concrete, la generación de empleo continuó sólida: se crearon en mayo 139 mil empleos, por sobre los 125 mil que esperaba el mercado y algo por debajo de los 147 mil observados en abril. Cabe señalar que los datos reportados anteriormente para marzo y abril fueron revisados algo a la baja —30 mil menos en abril y 65 mil en marzo— generando algunas dudas, compensadas por un desempleo que se ubicó en 4,2% y salarios que aumentaron 3,9% en doce meses, por sobre el 3,7% que esperaba el mercado. Con todo, la comparación con mayo de 2024 (193 mil) ha generado discusión respecto del potencial impacto de las medidas de control migratorio impuestas por la administración Trump.
Lo anterior tuvo un correlato con las alertas que se levantaron a partir de la publicación de los datos de solicitudes de seguro de desempleo. Las cifras indican un total de 248 mil solicitudes para la semana que terminó el 7 de junio, manteniéndose por segunda semana consecutiva a un nivel récord para los últimos 8 meses. Si bien se han entregado explicaciones puntuales asociadas al fin del año escolar (lo que genera ajustes en las plantas de profesores en los distritos educacionales), la alta cifra también ha sido interpretada como una de las primeras señales de una menor actividad. Pero esto ha sido relativizado por la caída en las probabilidades de que la economía entre en recesión reportadas por algunos bancos de inversión.
Tensiones entre Trump y Powell
En principio, el escenario de baja inflación y un cierto deterioro en el mercado laboral darían espacio al consejo de la Fed para avanzar en la reducción del rango de la tasa de política monetaria en su reunión de la próxima semana. Sin embargo, las expectativas apuntan a que la institución liderada por Jerome Powell no modificaría el rango, que en la actualidad se ubica entre 4,25% y 4,5%. La alta incertidumbre respecto del efecto final de los aranceles sobre los precios emerge como la principal razón para mantener una visión conservadora. A su vez, la sólida creación de empleo contradice la supuesta necesidad de un ajuste a la baja.
El Presidente Trump, sin embargo, no ha escatimado oportunidad para demandar nuevos recortes, anticipando un impacto positivo sobre los niveles de actividad. Por de pronto, esta semana utilizó el término “numbskull” (cabeza hueca) para referirse al presidente de la Fed, apuntando a que, si bien no tenía interés en removerlo —legalmente no puede hacerlo—, avanzaría en forzar una reducción de la tasa rectora. Institucionalmente, el Presidente de los EE.UU. carece de dicha atribución, más allá del impacto sobre el mercado de las acciones de política fiscal. Por su parte, Powell ha indicado no tener intención de renunciar antes del fin de su período (15 de mayo del 2026). Así, las tensiones entre ambos se mantendrán por un largo tiempo.
Será necesario, por otra parte, seguir monitoreando la escalada entre Israel e Irán y su impacto sobre la economía global. El efecto directo en el petróleo representa solo una de las múltiples dimensiones. Por de pronto, las bolsas en todo el mundo fueron fuertemente afectadas en la jornada de ayer. El rol que jugarán EE.UU., Europa, Irak, India, China y Rusia, que hasta a la fecha se han mantenido relativamente distantes del conflicto, puede cambiar, generando tensiones globales.