Complejos momentos vive el gobernador de Santiago, Claudio Orrego. Al caso Procultura, se añadió en los últimos días la investigación de una supuesta desviación de recursos del gobierno regional para ser usados en su campaña de reelección, en 2024. En este contexto, Orrego enfrentará hoy una reunión plenaria del Consejo Regional (Core) Metropolitano que puede ser decisiva para su futuro político.

Fue hace una semana cuando la Contraloría dio a conocer los resultados de una auditoría al Gobierno Regional (Gore) en la que detectó una serie de situaciones irregulares. Entre ellas, la que ha concentrado la atención —y que motivó el inicio de un proceso disciplinario— ha sido la contratación de un “Servicio de asesoría especializada sobre líneas de apoyo para la gestión institucional GS 2024”, en virtud de la cual el Gore pagó $31.366.179 a la consultora Vera y Asociados S.A., entre abril y septiembre de 2024, por la realización de un coaching al equipo directivo. El informe consigna, sin embargo, que en 16 de 28 sesiones de coaching de las que hay registro se “aludía explícitamente a temáticas, riesgos y acciones relacionadas con la contingencia política y campaña electoral a gobernador regional, no en términos generales, sino específicamente a la campaña en la que don Claudio Orrego Larraín se estaba presentando como candidato a la reelección”. Así, por ejemplo, en la minuta 18 de esas sesiones, se consigna la consulta a una de las asesoras del gabinete de la autoridad “¿qué riesgos ves en el camino de este final de carrera?”. “Que la campaña no tenga un espacio suficiente en la agenda” y “que no haga el duelo que si quiere ser el candidato de centroizquierda tiene que estar abierto a hablar con el Partido Comunista”, son algunas de sus respuestas. En la minuta 5, en tanto, una encargada de la Unidad de Comunicaciones aborda la “preocupación por las encuestas” y el hecho de que el gobernador no aparezca entre los presidenciables. Y en la número 11, se le pregunta a la jefatura de gabinete cómo ve la entrada en escena de quien parece ser (el nombre está tarjado) el entonces candidato de Chile Vamos, Francisco Orrego. “Yo sugeriría empezar a darle más importancia al nombre: Claudio”, responde, consejo seguido por la campaña.

Los ejemplos son muchos más y las explicaciones dadas por el gobernador distan de ser satisfactorias. Él ha dicho que las sesiones de coaching ontológico corresponderían a un acompañamiento al equipo directivo y no a una instancia de campaña. A la luz de lo que se ha conocido de las minutas, ello parece difícil de creer, pero incluso si se acogiera esa argumentación, la interpretación más benévola daría cuenta de una repartición cuyos equipos aparecen enfocados en lograr la reelección de su jefe, en una completa confusión de lo que debe ser la función pública.

El proceso administrativo abierto por Contraloría corre paralelamente a la investigación del caso Procultura, donde Orrego declaró como imputado y se levantó su secreto bancario. Esto a raíz de un millonario convenio con esa fundación.

Con esta suma de situaciones, una figura política que hace solo unos meses se vislumbraba como posible alternativa presidencial para la centroizquierda hoy vive el momento más difícil de su carrera política. Y aquello no es poco, tratándose de quien ha sido un actor público relevante casi desde la vuelta de la democracia. En cualquier caso, los antecedentes son graves y, de no ofrecer explicaciones más sólidas, el daño a su credibilidad —que hasta ahora había sido uno de sus activos— puede ser irreparable, comprometiendo cualquier opción política futura, más allá incluso de lo que ocurra con los procesos en curso. Por lo pronto, la sesión del Core de hoy aparece como decisiva. En ella, sus integrantes esperan recibir las explicaciones del gobernador, pero, además, y a la luz de lo que allí suceda, los consejeros de Chile Vamos resolverán si se suman a sus pares del P. Republicano y les permiten así reunir el quorum (un tercio del Consejo) necesario para presentar ante el Tricel una solicitud de destitución de la autoridad regional. De este modo, el futuro de Orrego empezará a definirse en esa cita.