El Mercurio.com - Blogs : Cobre: Qué hacer con ingresos extra
Editorial
Sábado 22 de marzo de 2025
Cobre: Qué hacer con ingresos extra
La amenaza de aranceles sobre el cobre en los EE.UU. ha provocado una intensa demanda por dicho metal desde ese país. El precio ha respondido con fuertes alzas. La autoridad económica debe aprovechar esta oportunidad y ahorrar los recursos adicionales, evitando caer en la tentación de ampliar el gasto público.
El cobre ha vuelto a situarse en el centro del debate económico global. La expectativa de que Estados Unidos imponga aranceles de un 25% a las importaciones de este metal ha impulsado su precio a niveles históricos durante las últimas semanas, llevándolo por sobre los 5 dólares la libra en los contratos de futuros. Esta es una excelente noticia para Chile, por su impacto sobre el PIB, la recaudación fiscal y la inflación (por el efecto en el tipo de cambio).
En lo esencial, los análisis técnicos han apuntado como causa un importante crecimiento de la demanda en los Estados Unidos. Esto es comprensible considerando la dependencia de la primera economía del planeta de las importaciones de este mineral: aproximadamente el 45% de su demanda se satisface con cobre extranjero. Por lo tanto, ante la amenaza de nuevas barreras comerciales, los actores del mercado han reaccionado con un frenesí logístico para adelantarse a la medida.
Los efectos han sido tales que las empresas comercializadoras están redirigiendo grandes cantidades desde Asia a Estados Unidos, generando un récord de envíos a este último país. Se anticipa que la mayor demanda podría generar durante las próximas semanas el arribo de volúmenes por sobre las 136.951 toneladas registradas en enero de 2022. La magnitud del fenómeno ha llevado incluso a incrementos en la capacidad de las bodegas de acopio en algunos de los principales puertos.
Por su parte, el mayor precio en el corto plazo y la posibilidad de altos aranceles en el mediano han generado incentivos para que empresas estadounidenses incrementen sus esfuerzos de exploración y expansión dentro del territorio, los que ya durante 2024 tuvieron los presupuestos más abultados en una década.
Un metal crítico de precio volátil
El metal rojo es una pieza fundamental en los esfuerzos del mundo por alcanzar los objetivos de electrificación y transición energética. Un reporte del Foro Internacional de Energía estimó que para cumplir dichos objetivos se requerirá en los próximos años un 115% más de cobre de lo que se ha extraído a lo largo de la historia. El que casi un 25% del consumo total del metal rojo esté asociado a nuevas formas de energía (en reemplazo de combustibles fósiles), cifra que podría elevarse por sobre el 60% el 2040, confirma la tendencia. De este modo, incluso sin medidas arancelarias, la demanda en el largo plazo cuenta con un buen pronóstico.
Pero, históricamente, la importancia del metal rojo en el desarrollo de proyectos críticos no ha sido impedimento para que su precio muestre fuerte volatilidad. Tal como lo plantea la Comisión Chilena del Cobre en su informe de noviembre del 2024, durante el año recién pasado el mercado estuvo marcado por factores macroeconómicos y fluctuaciones en la oferta y demanda. Así, mientras la incertidumbre por una eventual recesión en EE.UU. afectó inicialmente los precios, el aumento de compras en China estabilizó temporalmente el mercado en el tercer trimestre del año pasado.
Shock transitorio o fenómeno permanente
La reconocida sensibilidad del metal rojo a los vaivenes de la economía mundial debe llevar a reflexionar sobre el impacto de largo plazo de una guerra comercial entre las principales economías. En el caso de Estados Unidos, las probabilidades de una recesión en el mediano plazo se han elevado durante las últimas semanas debido a los anuncios de mayores aranceles y recortes públicos. Y en China, las nuevas reglas de comercio suman dudas sobre la solidez de su economía. Evidentemente, un menor crecimiento en ambas naciones tendría un impacto sobre la demanda mundial de cobre y, consecuentemente, sobre su precio.
Cabe preguntarse, entonces, por cuánto tiempo es posible proyectar precios en los niveles actuales. Análisis técnicos indican que, dada la creciente demanda desde EE.UU., las restricciones del mercado probablemente persistirán hasta mediados de año, lo que compensaría transitoriamente el impacto de los aranceles. A esto se suma el potencial efecto que podría tener el redireccionamiento circunstancial del metal rojo desde China hacia Norteamérica, lo que podría afectar al país asiático en el corto plazo, pero incrementar su demanda durante la segunda mitad de 2025. De este modo, el cobre no solo se posiciona como un recurso esencial para la transición energética, sino también como un activo estratégico en la reconfiguración de las cadenas de suministro globales.
Así, mientras el proceso de acopiamiento de cobre en EE.UU. continúe, el precio se mantendrá alto. Todo indica que esto durará varios meses. Sin embargo, no corresponde asumir que estemos frente a un fenómeno de características permanentes.
Por lo tanto, como en todo evento de mejorías transitorias en las fuentes de ingresos, Chile debe aprovechar las circunstancias para ahorrar todos los recursos adicionales generados por este actual mayor precio. Dichas divisas podrían, por ejemplo, destinarse a recuperar parte de los fondos soberanos que fueron utilizados bajo la administración Boric. Esta visión debe dominar por sobre aquella que busque financiar gasto corriente. Lo ocurrido con los recursos adicionales del litio es un error que no debe ser repetido por este gobierno.