El Banco Santander ha presentado ante el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia una demanda contra BancoEstado, por abuso de posición dominante. Lo acusa de cobrar tarifas excesivas por el servicio de transferencias electrónicas desde otros bancos a la entidad estatal. Esta última estaría recibiendo ganancias excesivas que se deberían solo al poder de mercado que le dan sus 14,6 millones de clientes con cuenta RUT. Además, señala que BancoEstado no ha participado en los acuerdos en que los demás bancos autorregulan estas tarifas, y las mantiene como una fuente importante de ingresos.

Entender el problema requiere notar que los demás bancos, que tienen una mayor proporción de clientes con ingresos medianos o altos, tenderán a tener flujos de transacciones electrónicas equilibrados entre salidas y entradas. Por ejemplo, aunque un banco pequeño reciba menos transacciones que uno grande, también enviará menos transacciones a otras entidades. Por ello, los flujos de pagos asociados se anulan o representan sumas bajas. Ello explica por qué Santander apoya la idea de eliminar estos cobros.

El caso de BancoEstado es distinto, ya que una proporción mucho mayor de sus clientes son de bajos ingresos y tienen cuentas vista (la cuenta RUT). Usualmente reciben pagos en ellas, pero realizan muchas menos transacciones electrónicas hacia otras instituciones financieras. Esto significa que BancoEstado recibe más ingresos por estas tarifas de lo que paga a los demás bancos, y este saldo positivo ayuda a financiar sus operaciones. Aunque las transacciones hacia cuentas RUT pueden ser por sumas menores que las efectuadas hacia otros bancos, esto es irrelevante, porque el costo es por operación y no por monto transferido. Así, según el Santander, BancoEstado tiene el 70% de las cuentas vista nacionales y recibe alrededor del 42% del total de transacciones. Dado que en los 12 meses hasta febrero de este año se realizaron 1.377 millones de transferencias, habría recibido, aproximadamente, 5,78 millones de UF (cerca de US$ 200 millones), considerando su tarifa de 0,01 UF por transacción. A esta cifra deben restarse las transferencias de sus clientes, pero esos números serían mucho menores.

El argumento de Santander para sostener que BancoEstado tiene poder de mercado es que, para realizar una transferencia a una persona que tiene solo una cuenta RUT, la única forma es por la vía de la entidad estatal y, por tanto, pagando la tarifa que esta determina. El razonamiento es similar al que se usó en su momento para reducir los cargos de acceso en telefonía móvil, ya que cada llamada a un cliente de otra empresa solo podía hacerse a través de la red de la empresa receptora, pagando el costo de acceso que esta fijaba. Pero Santander además alega que el valor que cobra BancoEstado se ha mantenido, pese a cambios tecnológicos que han reducido los costos de estas transacciones. Frente a ello, la institución estatal argumenta que los recursos que obtiene le permiten financiar costos no necesariamente relacionados con dichas operaciones, pero derivados del papel que desempeña en la inclusión financiera.

Efectivamente, hay mucho que valorar en la acción de BancoEstado al haber desarrollado las cuentas RUT. Estas permiten la inclusión de la masa de personas que no pueden acceder a cuentas corrientes. El beneficio se extiende al resto de la sociedad, que puede pagarles por sus servicios de forma cómoda y con menos riesgos. Empero, no parece buena una política pública cuyos costos se solventen con subsidios cruzados cuyos montos sean discrecionales, a diferencia de los subsidios o transferencias que provienen de impuestos y que pueden, desde luego, ser revisadas y debatidas por los legisladores.