El Mercurio.com - Blogs : Nueva crisis de violencia en Haití
Editorial
Lunes 11 de marzo de 2024
Nueva crisis de violencia en Haití
Haití se hunde en una espiral de pobreza extrema y violencia sin control.
U na vez más, Haití —el país más pobre de América Latina— acapara la atención mundial producto de una nueva crisis que remece a toda esa nación. El inicio de la más reciente escalada de violencia se produjo la semana pasada, cuando el Primer Ministro, Ariel Henry, se encontraba en un viaje que lo llevaría a Guyana y Kenia.
La toma de la principal penitenciaría del país caribeño por parte de bandas criminales causó la fuga de más de 3.000 reos y desde entonces se registran hechos de violencia a manos de las principales pandillas armadas de Haití. En especial, la liderada por el expolicía haitiano Jimmy Chérizier, alias “Barbecue”, que parece controlar Puerto Príncipe y otras áreas del país, y que exige la renuncia de Henry, quien tras abandonar Kenia reapareció en Puerto Rico, bajo protección del FBI.
La actual crisis, aún en desarrollo, es un recordatorio de la profunda y constante inestabilidad y violencia que han marcado a Haití durante décadas, las principales razones por las cuales este país es considerado un “Estado fallido”. La combinación de pobreza, corrupción, ausencia del Estado a nivel nacional, completa falta de raíces democráticas, y bandas criminales que muchas veces superan en número y poder de fuego a la policía, explica en gran medida la situación que hoy vive la isla.
Haití, una excolonia francesa, tras una exitosa revuelta de esclavos en 1791, se convirtió en la primera nación independiente en América Latina y la república negra más antigua del mundo. Sin embargo, las luchas internas acabaron abriendo las puertas a una serie de intervenciones extranjeras. Por ejemplo, Estados Unidos invadió y ocupó Haití entre 1915 y 1934, enviando marines y administradores militares.
El retiro de las fuerzas estadounidenses no logró sentar las bases de un país estable y democrático. Y, por el contrario, dejó un campo fértil para la llegada de la dictadura de François Duvalier, quien gobernó Haití entre 1957 y 1971, y cuyo hijo, Jean-Claude, intentó perpetuar entre 1971 y 1986.
Posteriormente, a la intervención extranjera en 1994 le siguió la de 2004, en la que Chile participó como parte de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití. Un despliegue militar de más de 12.000 efectivos que se extendió durante trece años.
Con el asesinato del Presidente Jovenel Moïse en 2021, a manos de un grupo de mercenarios, Haití pareció “tocar fondo”. Y el año pasado el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas autorizó una nueva misión para la isla, liderada por Kenia, para enviar mil policías destinados a desarmar a las pandillas y restaurar el orden público.
Probablemente, hoy ningún país de la región estaría interesado en enviar tropas a la isla ni apoyar más programas de ayuda humanitaria, lo que demuestra, en muchos aspectos, el agotamiento de la comunidad internacional con este golpeado país.
Haití se hunde en una espiral de pobreza extrema y violencia sin control ante los ojos del mundo.