Hace medio siglo, la inmensa mayoría de los chilenos vivió un día de alegría, de gozo y de triunfo. Especialmente los miles que estaban custodiando los campamentos de los camiones y buses. También, todos aquellos, especialmente del comercio minorista, que habían cerrado en protesta. Y que habían logrado la solidaridad de innumerables sindicatos, gremios y agrupaciones de muy diverso tipo, configurando un movimiento popular que abarcaba al pueblo chileno en su heterogeneidad. Esta enorme mayoría se había rebelado contra el afán de imponer una ideología basada en el odio, la violencia y la destrucción, y ajena por completo a nuestro modo de ser, nuestra historia y tradiciones.
En las declaraciones que entonces emitió aquella multitud y pluralidad de grupos, cabe destacar el significado profundo con que se mencionó “Patria”. Ella sintetizó el núcleo del sentimiento que unió a tan dispares grupos y personas en la lucha contra el gobierno de Allende y la Unidad Popular. Verla libre, soberana y triunfante expresaba un sentimiento de satisfacción y de compromiso. Implicaba la unidad de los chilenos que posibilitaba continuar mirando hacia el futuro. Patria sintetizaba la alegría y la satisfacción que embargaba a todos, porque el desenlace militar permitía la continuidad de lo nuestro, lo singularmente chileno.
La declaración del Partido Demócrata Cristiano se diferenciaba porque junto a Patria incluía democracia. De ese modo resaltaba, además, la crisis política coyuntural, que era un aspecto del total, confiando en un pronto retorno a este sistema político. Pero un grupo disidente de este partido solo remarcó la crisis política del momento, ignorando el fondo nacional de la rebelión vivida. Estos planteamientos manifestaron la tradicional confusión de las élites chilenas de todos los tiempos, que identifican ambos conceptos, de modo que patria y democracia parecen una sola cosa, a lo cual agregan civilización.
Este aniversario coincide con una disyuntiva similar. El rechazo de hace un año al borrador de Constitución, más allá de sus deficiencias técnico-legales y aspectos puntuales, expresó una crisis nacional. La campaña que surgió de infinidad de agrupaciones de la sociedad civil aunó a una enorme mayoría en la defensa de la Patria frente a la ofensiva refundacional. Es necesario hacer memoria, pues, al igual que hace medio siglo, hoy nos encontramos en una crisis que afecta a lo profundo de nuestra historia, de nuestra Patria.