Señor Director:

Recientemente las autoridades de gobierno dieron a conocer la demolición de Plaza Baquedano, en el eje Alameda-Providencia, impulsada por el gobernador Orrego, proyecto que no contempla la reubicación del monumento escultórico al general Baquedano, que estuvo emplazado en el lugar por espacio de 93 años.

Amén de lo señalado, la ministra del Interior nos anuncia la instalación de un memorial del denominado estallido social de octubre de 2019, que no genera consenso. En ese escenario, las preguntas centrales son ¿qué tipo de patrimonio es el que queremos relevar?, ¿el que nos une?, ¿el que nos separa?

Todo ello, mientras el monumento al general Baquedano (quien durante la Guerra del Pacífico lideró la campaña de Tacna y Arica y campaña de Lima) permanece en el Museo Histórico Militar en vez de ocupar un espacio público central.

Dado lo señalado, nos preguntamos lo siguiente: ¿las autoridades estarán conscientes del efecto histórico y patrimonial de tal resolución?, ¿se habrán asesorado por organizaciones históricas y patrimoniales?, ¿qué pensarán los escultores chilenos y los especialistas en patrimonio?, ¿por qué no se respetó la ley que protege el patrimonio en nuestro país?, ¿las autoridades, con esta medida, estarán mostrando un signo de debilidad ante la violencia que ocurrió en el país?

Por el momento no tenemos respuesta, pero sí esperamos un debate con altura de miras en torno al tema con los diferentes protagonistas.

En efecto, es indispensable que el Consejo de Monumentos Nacionales haga oír su voz técnica y pueda revertir la medida vigente, restituyendo el conjunto escultórico del general Baquedano a su lugar y al mismo tiempo evitar una segunda ofensa a la ciudad con la instalación de este memorial a la incivilidad que hasta hoy deja huellas en nuestro país.

Eduardo Villalón Rojas
Exconsejero del Consejo de Monumentos Nacionales
Óscar Acuña Poblete
Exsecretario Ejecutivo del Consejo de Monumentos Nacionales