La revista Current Biology publicó la semana pasada el trabajo “Trazando las raíces indígenas chilenas mediante la genética y la lingüística”, liderado por la Universidad de Zurich, Suiza (10.1016/j.cub.2023.05.013 ). En una foto, tres científicas entrevistan a un pehuenche en su casa en el Alto Biobío.
Ellas vinieron a terreno, porque quieren investigar por y con las etnias. La Dra. Chiara Barbieri, del Departamento de biología evolutiva y estudios medioambientales de la U. de Zurich, comenzó hace cinco años. Armó un equipo transdisciplinario, con genetistas, lingüistas, antropólogos, y otros expertos de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC) y el Instituto Max Planck de antropología evolutiva, de Leipzig, Alemania.
Estudiaron a los antepasados de los mapuches de hace más de 4 mil años. Descubrieron que se separaron de otros pueblos migrantes que iban a los Andes Centrales y la Amazonía. Los antepasados mapuches poblaron desde la actual La Ligua hasta Chiloé.
Nuestra geografía de isla también operó concentrándolos.
El Dr. Felipe Martínez, coautor, director de la Escuela de Antropología, PUC, aportó una mirada ética. “No es llegar y lanzarse a una comunidad, entrevistar y mucho menos recolectar saliva, que es con lo que se obtiene material genético”.
Aunque el 90% del trabajo es genético, la mirada del antropólogo enriquece los hallazgos en el ADN. “De hecho, el resultado demuestra que el linaje ancestral de los mapuches y de otros pueblos originarios es muy antiguo a este lado de la cordillera, resultado que puede ser políticamente relevante”, dice el Dr. Martínez.
Agrega: “Cuando alguien diga ‘¡oiga! Pero si los mapuches no existen o los mapuches pasaron la cordillera desde Argentina', ahora tenemos evidencia científica que demuestra que no es así”.
La poderosa genética habla. El análisis del gran volumen de datos del estudio no se podría haber realizado hace 20 años, dice el Dr. Martínez. Así, pudieron distinguir tres identidades mapuches: los pehuenches, cordilleranos; los lafkenches, de la costa; los huilliches, de Chiloé, relacionados con los chonos. Predomina el aislamiento.
Estudiaron la transmisión de los genes. Pero, dice el Dr. Martínez, la genética no determina lo cultural. Mis genes indígenas no me hacen indígena. “Es la cultura y la autoidentificación, y el crecer y formar parte de esa identidad, lo que realmente lo transforma a uno en indígena”.
Los contactos con quechuas y amazónicos del último milenio quedan registrados en el mapudungun: “charki”, (del quechua) “ch'arki”. Y “chuchuqa” (quechua), “chuchoka” en lengua mapuche; en quechua “pirka”, “pirka” en lengua mapuche… (Ver palabras “prestadas” en https://wold.clld.org/).
Pero los contactos externos esporádicos ocurrieron en siglos recientes. La Dra. Epifanía Arango-Isaza reafirma: “…los ancestros de los mapuches se separaron hace más de 4 mil años y no se encontraron con otras corrientes migratorias”. Se la puede ver en este video: bit.ly/3Cmt9hx.
Una isla en el continente, los ancestros mapuches.