Mucho antes de la creación de la Fuerza Aérea de Chile, hubo hombres visionarios que fueron capaces de comprender la relevancia que tendría para el país el impulso de la aviación. Esos pioneros fomentaron la creación de lo que es hoy un sistema aeronáutico consolidado, del cual la Fuerza Aérea es parte fundamental. Ello, con una concepción mucho más amplia, que propició la creación de la aviación militar, civil, comercial y deportiva, junto con la institucionalidad normativa y fiscalizadora, en una época en que aún no se establecía el derecho de los Estados al ejercicio de la soberanía en el espacio aéreo que se extiende sobre el territorio. La creación de la Fuerza Aérea de Chile, el 21 de marzo de 1930, no solo generó una capacidad militar, sino que a la postre contribuyó al desarrollo nacional, integrando nuestro territorio y apoyando el desarrollo del país y la prosperidad de sus ciudadanos.
Para comprender el esfuerzo integrador que realiza la Fuerza Aérea, es necesario tener en cuenta que la totalidad de nuestros espacios soberanos terrestres y marítimos están cubiertos por el espacio aéreo y que su gestión y preservación requiere de la interacción de entidades públicas y privadas que configuran y permiten que funcione el Sistema Aeronáutico Nacional. A través de él, el país ha dado respuestas a su particular escenario geográfico, a sus necesidades y capacidades, buscando además la mayor eficiencia y optimización en el uso de los recursos, lo que es fundamental para alcanzar los objetivos de diversas políticas públicas y asegurando la actividad aeronáutica en el país, particularmente en casos de crisis o catástrofes naturales.
La actividad aeronáutica es esencial para el progreso del país; el futuro y la proyección aeronáutica es un tema que nos debe preocupar a todos: Chile requiere de más aviones, más infraestructura aeronáutica, más y mejor Fuerza Aérea, porque lo demanda su desarrollo, sus actividades y la necesidad de una mejor vida para todos los chilenos. No debe haber incertidumbre en invertir en aeronáutica, ya que hacerlo es generar prosperidad y progreso.
El país dispone hoy de una Fuerza Aérea con un inventario de aeronaves y sus correspondientes apoyos tecnológicos y de capital humano, para cumplir con su misión al servicio del país. Somos en el presente el resultado de muchos sueños, trabajo y de las circunstancias que los han acompañado, sin los cuales ningún desarrollo institucional hubiese dado los frutos que hoy permiten mostrar a una institución plenamente comprometida con la seguridad de nuestro país, el desarrollo nacional y su destino, participando en el avance de las ciencias aeroespaciales, destacando, entre muchos otros, la puesta en servicio de la más avanzada tecnología de imágenes satelitales a que el país puede acceder hoy, a través de la serie FASat y el Sistema Nacional Satelital, disponiendo y formando además una importante y especializada masa crítica, todo ello al servicio de la comunidad nacional.
La institución hoy hace foco en el ámbito de la apertura e incorporación de nuevos modelos de gestión, producto de los requerimientos establecidos por los nuevos escenarios; ello nos enfrenta a un cambio cualitativo que debe permitir que cumplamos con las demandas del mundo de hoy en eficacia, eficiencia, transparencia y buenas prácticas institucionales al servicio del país. Por lo anterior, la Fuerza Aérea de Chile está comprometida con el esfuerzo de toda la nación en el logro de su desarrollo pleno, sustentable y armónico, buscando en todo su accionar un sentido distintivo de transparencia, vinculación y contribución, para con nuestros camaradas y la sociedad en su conjunto.
En consecuencia, seguiremos impulsando, junto con el cumplimiento de nuestra misión fundamental y como aporte a los objetivos nacionales y las tareas de gobierno, una creciente interacción con las diferentes instituciones, organismos, empresas, universidades y demás organismos, públicos o privados, que se relacionan con la institucionalidad aeronáutica nacional. Este es el aporte de la Fuerza Aérea de Chile a la generación de valor que Chile requiere y se merece, poniendo su experiencia, conocimientos y capacidades a disposición del Estado para cooperar activamente al desarrollo nacional.
Hugo Rodríguez González
General del Aire
Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea