Señor Director:

En una nota (miércoles) se informa que los campamentos superaron las 100 mil viviendas según un estudio de Techo, lo que se explicaría por la pandemia y el alza en los precios de arriendo con bajos salarios. Llama la atención que no se mencione el impacto del estallido y la acción de grupos delictuales que usurpan terrenos privados y fiscales, abren calles con maquinaria pesada para vender o arrendar sitios. Según estudios de Atisba, este negocio ilegal representa un 38% del crecimiento de los campamentos entre 2018 y 2023. También es muy relevante la migración, lo que explica que Alto Hospicio haya desplazado a Viña del Mar como la comuna con más campamentos.

Para frenar el avance de estos asentamientos precarios debemos identificar correctamente sus causas, que en el caso chileno están relacionadas al efecto combinado del estallido, la pandemia y la crisis migratoria, y la acción de mafias que venden tierra robada, vulnerando el derecho de propiedad con total impunidad.

Iván Poduje
Director de Atisba