A días de que acabe todo el proceso de matrícula a la educación superior, el cual estuvo marcado por la aplicación de la primera Prueba de Acceso a la Educación Superior (PAES), las consecuencias en el sistema ya se delinean.

Según comentó a “El Mercurio” el subsecretario de Educación Superior, Víctor Orellana, tras el cambio en la medición, que buscaba ser más inclusiva, “tenemos un aumento en torno a un 15% de incorporación (de los jóvenes) a las universidades, en comparación con 2022”.

De hecho, en enero el Ministerio de Educación ya anticipaba que el 55,67% de quienes rindieron las pruebas fueron seleccionados por las universidades, lo que significa un aumento del 12,56% en comparación al año pasado.

Sin embargo, esa mayor cantidad de matriculados en universidades iría en desmedro de la matrícula de institutos profesionales (IP) y centros de formación técnica (CFT), considerando además que en los últimos años la matrícula total del sector, cercana a 1,3 millones de estudiantes, se ha mantenido relativamente estable (ver infografía).

De acuerdo con el informe de matrícula más reciente del Mineduc, correspondiente a 2022, de los más de 318 mil jóvenes que ingresaron por primera vez a un pregrado, 132.568 lo hicieron en universidades; 129.859, en IP, y poco más de 56 mil, en CFT.

Las políticas

Lucas Palacios, rector de Inacap, dice que “la educación superior técnico-profesional ha ido aumentando su matrícula en forma persistente en los últimos 15 años. La prueba PAES, que es la nueva herramienta de acceso a las universidades, relajó el mínimo para poder postular a una universidad. Y eso significó que las universidades pudieron captar con posterioridad a la prueba más de un 20% respecto del año anterior”.

“Eso evidentemente va en directo desmedro de la educación técnico-profesional. A nosotros como institución nos ha ido muy bien, pero me imagino que a planteles más pequeños no les ha ido tan bien, debido a que existe un flujo de personas que podrían estudiar una carrera técnica que se fueron a una universidad”, afirma.

Por lo mismo, critica: “Veo una preocupación, porque una vez más se llevan a cabo políticas públicas que no consideran el mundo técnico-profesional, en circunstancias de que es lo que Chile más requiere”.

Y remata: “Está muy bien darles oportunidades a todos quienes postulan a la educación superior, pero las políticas públicas tienen que ser más comprensivas, es decir, incorporar todas las posibilidades. Y en Chile, una vez más, lo que vemos es que el debate público solo se centra en el financiamiento e ingreso a la universidad, y no incorpora la realidad de los CFT e IP, que son absolutamente necesarios”.

Asimismo, Alfredo Cáceres, director nacional de admisión de AIEP, considera que los impactos de la PAES “deben medirse en mediano plazo para evaluar la permanencia y progresión de los estudiantes de menor puntaje en el sistema universitario”. Y añade que “el déficit de técnicos en Chile es mucho mayor al de universitarios y, por tanto, estamos atentos a ver cómo se ve afectado el número de técnicos que entra anualmente al sector productivo”.

En cuanto al proceso de matrícula en su institución, asegura que en las carreras presenciales va avanzando “de forma muy positiva”, y que también se mantuvo el interés por las carreras online.

Fabio Anziani, director de admisión de Duoc UC, comenta que han visto que el proceso de matrícula ha sido más lento este año, y aunque lo atribuye a que muchas personas habrían postergado su decisión de matricularse debido a factores “del entorno, la incertidumbre económica y de seguridad”, admite que la PAES ha tenido un efecto en esto.

Y sin entregar cifras debido a que el plazo para matricularse en la institución culmina el 31 de marzo, asegura que “estamos muy cerca de nuestra meta de matrículas, pero aún quedan vacantes”.

Las elegidas

Sobre las universidades que podrían haberse visto beneficiadas por la PAES, Joaquín Brunner, experto en educación, señala que todas se benefician: “Hay una regla por la cual el crecimiento de vacantes ofrecidas no puede ser mayor a un límite, que es cercano al 2%, que fija la Subsecretaría de Educación Superior, es decir, ninguna puede crecer (tanto). Si el promedio fue de 10%, en realidad eso da perfectamente para que todas las universidades, dentro de los límites que tenían, hayan podido crecer”.

“No es una hipótesis loca, porque el número de alumnos que viene de colegios TP, y que históricamente sabemos que tienden a ir mayormente a CFT e IP, si aumenta su proporción que ingresa a universidades, podría ser que ahora, en virtud de la nueva prueba, del arreglo de los puntajes y todo, hayan puesto de primera opción a una universidad y de segunda o tercera opción IP y CFT”, dice.

En cuanto a las carreras más demandadas, Brunner sostiene que, por ejemplo, las del área de la salud han ido creciendo constantemente en los últimos años. “No me extrañaría que ese fenómeno se haya producido otra vez este año. Hablo no solo de Medicina ni Odontología, sino del conjunto de las carreras, Kinesiología, Obstetricia”.

“Una segunda área que ha tenido un aumento ya conocido e importante son las carreras de Pedagogía. Otra vez, no todas crecen igual, pero hubo claramente un repunte significativo, siendo que había estado cayendo la demanda por carreras de Pedagogía”, dice el experto.