Señor Director:

El profesor Klaus Schmidt-Hebbel ha respondido extensamente, en su columna del lunes, a los distintos argumentos hechos contra su propuesta de adoptar un sistema parlamentario. Su réplica, sin embargo, no se hace realmente cargo de los problemas que señalamos en nuestra carta.

A diferencia de otros críticos, nuestro argumento no se opone per se a la adopción del sistema propuesto. El punto que buscamos hacer es de método: no es suficiente afirmar que un sistema parlamentario, en general, tiende a producir mejores resultados que sistemas presidencialistas; lo central es proporcionar razones por las que es dable suponer que dicho sistema producirá también efectos positivos en un contexto específico.

En esta discusión, el rol de los contraejemplos es clave: casos concretos no permiten establecer conclusivamente reglas generales, pero sí las descartan o matizan. Por eso es tan importante mirar ejemplos en que el parlamentarismo ha sido problemático.

Nada de esto significa abogar por el inmovilismo ni estimar que la evidencia comparada sea irrelevante. Todo lo contrario. En derecho comparado, los préstamos legales han sido con frecuencia señalados como la principal forma de evolución del derecho (Watson, 1974).

Sin embargo, tal como señalan trabajos clásicos en esta disciplina (e.g., Otto Kahn-Freund, 1974), para trasplantar con éxito instituciones de un sistema a otro es necesario atender al contexto. Esto queda de manifiesto en el ejemplo citado por Schmidt-Hebbel. Como sugiriera Margaret Thatcher en una carta a Hayek: no es tan claro que muchas de las reformas de los 70 y 80 en Chile pudieran haberse implementado con igual éxito en el contexto de la democracia británica.

Lo que necesitamos es un diagnóstico sobre qué funciona y qué no en el sistema político chileno, sumado a razones que llevan a pensar que un sistema parlamentario permite mantener lo primero y corregir lo segundo. Un camino para ello, esbozado por Schmidt-Hebbel al final de su réplica, es analizar el funcionamiento de factores centrales de cualquier sistema de gobierno, como partidos políticos y régimen electoral, e identificar ahí los déficits del sistema chileno. De lo contrario, arriesgamos cambiar el sistema manteniendo los problemas.

Rodrigo Kaufmann Peña
Abogado y Doctor en Derecho

Ernesto Vargas Weil
Fellow in Law, Selwyn College, Cambridge