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Editorial
Martes 24 de enero de 2023
Chile y el escenario económico mundial
Va resultando cada vez más difícil argumentar que la situación de debilidad doméstica obedece simplemente a una mala coyuntura externa.
En entrevista con “El Mercurio”, el destacado economista chileno y académico del MIT Ricardo Caballero realizó un completo análisis de la coyuntura internacional en sus aristas más relevantes para Chile. Su conclusión es que, si bien existen riesgos importantes, la situación hoy se ve menos compleja para las economías emergentes de lo que hasta hace un tiempo se anticipaba. Ello podría no ser suficiente para revertir la contracción económica esperada para este año, pero sí evitaría, eventualmente, una contracción mayor que agudizara la presión fiscal y social.
El análisis de Caballero está fundamentalmente basado en tres observaciones. Desde luego, advierte cómo las cifras de inflación subyacente en Estados Unidos han experimentado una sistemática desaceleración en los últimos meses, lo que explicaría la proyección de los mercados según la cual la Reserva Federal (Fed) no seguiría restringiendo su política monetaria. En efecto, aunque la Fed ha continuado afirmando que la preocupación por la alta inflación permanece incólume, las expectativas privadas anticipan que la reversión del problema no requeriría una contracción monetaria mayor. Esto, junto con la consiguiente menor probabilidad de que la principal economía del mundo enfrente una recesión significativa, constituyen buenas noticias para los países emergentes.
Una segunda observación se vincula con China, donde la reapertura de ese país y la reversión de la estricta política de covid cero —aun con todas las complicaciones sufridas en el corto plazo— parece anticipar una recuperación importante en la segunda parte del año. Esta recuperación no obedece a cambios en las perspectivas de mediano plazo para China, que siguen siendo las de una desaceleración estructural, sino que refleja un rebote cíclico después de la significativa debilidad mostrada en 2022. El aumento de precios en las materias primas estaría, por lo menos en parte, anticipando dicho rebote.
Por último, estima Caballero que Europa —aun siendo su situación más delicada que la de Estados Unidos— ha logrado convivir mejor de lo que se preveía con la restricción energética derivada de la invasión rusa a Ucrania.
En términos prácticos, la suma de todos esos factores ha derivado en una perspectiva algo menos compleja para los países emergentes, lo que se ha reflejado en los flujos de capitales y en una apreciación de sus monedas. Por cierto, algunos de estos fenómenos son frágiles y podrían revertirse por malas cifras de inflación en EE.UU. o por una agudización del covid en China, pero el escenario más probable es el de una desaceleración gradual en el mundo desarrollado y no el de una contracción extremadamente dramática.
Esta situación plantea un importante desafío para Chile, en la medida en que va resultando cada vez más difícil argumentar que la situación de debilidad doméstica obedece simplemente a la mala coyuntura externa. De hecho, la caída en la actividad esperada para nuestro país durante 2023 recoge en parte el exceso de gasto producido en 2021, cuyas consecuencias se sintieron bien entrado el año pasado, así como también es reflejo de un ambiente poco amigable y atractivo para la inversión privada. De consolidarse, el escenario de menor deterioro externo es una buena noticia para Chile, y representa una oportunidad para que nuestro país pueda fortalecer su capacidad de atraer capitales y potenciar la inversión. Está en manos de las autoridades generar las condiciones para aprovecharlo, aunque ello signifique renunciar a algunas de sus reivindicaciones programáticas, entendiendo que hoy las prioridades nacionales son otras.