Señor Director:

Una nueva ordenanza en Antofagasta multa con hasta $180 mil el uso de parlantes en playas de la región. Sin embargo, existen otros tipos de contaminación, además de la acústica, que afectan a calles, playas, ríos y montañas de Chile, como son la basura y, especialmente, colillas de cigarrillos. Estas últimas parecieran no considerarse basura, algo insólito al observar las plazas del país, donde junto a juegos de niños se acumulan cerros de filtros con nicotina y alquitrán. Ni hablar de otros tipos de basura que parecen no inmutar al transeúnte.

Es evidente que en Chile se ha perdido la noción de civilidad: “buenos días”, “por favor” y “gracias” parecen usos olvidados en el cajón de los recuerdos. Incluso la sonrisa amable vecinal se volvió un bien preciado de antaño. Ni hablar de la arraigada costumbre de automovilistas que aceleran en vez de frenar tan pronto se señaliza el cambio de pista, como si disputaran un espacio de pertenencia; o los puñetazos y golpes de mesa en el Congreso, que se han vuelto un hábito lamentable.

Es reprochable el tono discriminatorio y xenófobo que ha tomado la medida antofagastina, y me parece de una hipocresía insólita, pero concuerdo en la necesidad de civilidad y, finalmente, respeto mutuo que Chile y sus habitantes perdieron ya hace bastantes años.

Alejandra Castillo Ara
Directora
Departamento Penal y Procesal Penal UDP