Señor Director:

Con razón, esta sección ha dado espacio a varias personas e instituciones que han manifestado su enorme preocupación por la decisión de una Corte del Reino Unido —país que estimamos civilizado y culto— que confirmó el derecho a abortar personas, no nacidas, con síndrome de Down y con lo que califican como “otras anomalías”.

Desde hace décadas, en la Fundación Isabel Aninat Echazarreta nos dedicamos al cuidado, protección y desarrollo de personas con esta condición. Con esta experiencia de vida, podemos dar testimonio de que una persona con síndrome de Down puede, con el apoyo necesario, lograr una vida plena y feliz, dando y recibiendo amor y siendo un aporte y ejemplo para sus familias y la sociedad.

Existen varias iniciativas impulsadas por instituciones civiles, estatales y eclesiásticas que demuestran que una persona en esta condición puede estudiar, trabajar, amar y desarrollar sus múltiples capacidades. La receta es amor y empatía.

Como sociedad, debemos avanzar en iniciativas que sirvan de acompañamiento para estos niños, niñas y sus familias, con el objeto de que ellos, al igual que todo ser humano, obtengan las herramientas que les permitan crecer incorporados en plenitud a la sociedad. En la Fundación Isabel Aninat podemos decir que ello es posible.

Sus vidas, como las de toda persona humana, merecen la protección legal necesaria para que nunca un tribunal, de ningún país, pueda disponer que no tienen derecho a nacer, dar y ser una luz para el mundo, para conservar así el legado de nuestra civilización cristiana.

Juan Jaime Besa De Cárcer
Director Fundación Isabel Aninat Echazarreta