Es difícil para varios entender las conductas del Partido Comunista y los comentarios de su máxima autoridad. Suelen interpretarse de distintas maneras. ¿Cuál es su verdadera posición? ¿Por qué son declaraciones imprecisas? Es un partido disciplinado, jerárquico y toma decisiones mediante un proceso participativo, comunicándose las resoluciones finales a través de sus congresos nacionales. Para conocerlo, es necesario considerar su historia y las posiciones que adopta.
La versión chilena fue reconocida como la colectividad más ortodoxa del mundo. Nació (1922) vinculada estrechamente a la Internacional Comunista (PC URSS) y siguió sus directrices o estrategias siempre, al pie de la letra, tal como le fueron comunicadas, hasta la desaparición de aquella. Incluso en la actualidad no ha cambiado, al punto que parece desenvolverse como si aquella entidad existiera. Se declara marxista leninista y, de este último, sigue sus normas revolucionarias; adhiere al Foro de São Paulo, que reúne a la izquierda continental, y sostiene que “el carácter del Estado es el centro de la batalla en todos los planos”. En fin, elogia la posición de Cuba, Nicaragua y Venezuela ante las corporaciones transnacionales.
Para cada congreso, su Comité Central elabora un informe que lee su presidente al pleno, como el celebrado en diciembre de 2020 (XXVII). Contenía un derrotero para enfrentar la convocatoria convencional, la redacción de nueva Constitución y elección presidencial. Escenario propicio —sostenía— para lograr superar el neoliberalismo y una victoria popular, derrotando a la clase dirigente, la cual solo a través de un golpe de Estado y una transición pactada había podido mantener el modelo económico mencionado. ¿La expectativa final? La construcción de una sociedad socialista.
Declara que como partido pretende protagonizar, influir y dirigir esta etapa de cambios sociales acentuados; el accionar de un abanico de actores y organizaciones en sentido “leninista del trabajo de masas”. Porque los resultados obtenidos en el plebiscito y antes en el levantamiento del pueblo eran aliciente para realizar una ruptura democrática con el régimen establecido durante la transición y la política de los consensos. Junto al sindicalismo y partidos, formar alianzas amplias, incluyendo expresiones laborales heterogéneas y agrupaciones que se manifiestan contra el neoliberalismo. Todos los colectivos que han demostrado disposición a luchar. Así lo hicieron, levantando diversas candidaturas para la elección de convencionales. Otras resoluciones incluyen creación de un nuevo sistema de medios, plural y democrático; cambiar la forma militarizada de Carabineros y su accionar sujeto al poder civil; también cambiar la doctrina de las FF.AA. con sesgo democrático y establecer el Estado plurinacional, multicultural, descentralizado, con territorios propios y autonomía.
En fin, la carta de navegación es bastante definida y son planteamientos en general mantenidos por décadas. Comprenderlos con todos sus alcances es necesario para compartirlos. ¿Será el caso de la Presidencia y el Frente Amplio? Sorprendería la adhesión, teniendo en cuenta que tales concepciones ideológicas radicales no han significado prosperidad para los gobiernos latinoamericanos que las han asumido.