Señor Director:

La inflación y el alza de los precios de los alimentos han mermado la capacidad adquisitiva de miles de hogares chilenos, afectando las condiciones de vida de aquellos con menos recursos y haciendo que pierdan su capacidad de satisfacer sus necesidades básicas alimentarias.

Hacerse cargo de este problema requiere de medidas que tengan un buen diseño y no generen más distorsiones y perjuicios a la debilitada economía del país. Entre estas últimas está la moción parlamentaria que busca eximir de forma temporal el IVA a los productos que componen la canasta básica de alimentos.

La evidencia muestra que este tipo de políticas no focalizadas a quienes menos beneficia es a los más vulnerables. A su vez, existen ciertas indefiniciones, si bien la canasta lleva a cabo un seguimiento de productos genéricos, ¿quién definiría qué tipo de productos?, ¿qué tipo de pan se acogería a esta exención? Además, este tipo de políticas empobrece aún más al Estado, dado que tiene un elevado costo fiscal por los ingresos que se dejan de percibir.

Eximir el pago del IVA no soluciona el problema de tener una inflación alta. Ello requiere de un trabajo persistente por parte del Gobierno para que priorice las condiciones que favorezcan la creación de empleo y crecimiento económico. Esta es la única forma de que los salarios reales crezcan y mejoren de forma permanente las condiciones de vida de las personas y los ingresos de los hogares.

Paulina Henoch I.
Investigadora de Libertad y Desarrollo