Señor Director:

Hernán Felipe Errázuriz, en su columna del sábado, hace una comparación entre Winston Churchill y Albert Einstein. Reconoce que Einstein revolucionó la física, pero dice que la influencia de Churchill sobre la humanidad es incomparablemente superior, comentario que hace Errázuriz en el contexto de la nominación del personaje del siglo de la revista Time el año 2000, que recayó en el científico.

Primero, una precisión. Einstein no revolucionó la física, revolucionó a la humanidad completa y con un efecto de largo plazo. El conocimiento que Einstein aportó tanto desde la teoría de la relatividad como en la mecánica cuántica, no tuvo solo un impacto en las salas de clases de los doctorados en física, sino que fue un verdadero tsunami que afectó la evolución de la humanidad, modificando dramáticamente nuestra concepción fundamental del universo, despertando un desarrollo inédito en la tecnología y animando sueños extraordinarios en todos y cada uno de los que intentamos comprender sus teorías.

Luego, mi opinión. Creo que el alcance de la obra de Einstein es incomparable. Si me apuran, no dudaría en decir que es superior al legado de Churchill (a quien, por cierto, admiro enormemente), sin embargo, creo que el juego de la comparación es mejor dejárselo a la decadente —según Errázuriz— revista Time.

Francisco Guzmán S.
Físico