Tras el plebiscito, el país nos regaló una nueva oportunidad. Millones de chilenos votaron por la moderación para rechazar una propuesta constitucional que estimaron negativa para Chile. Este mensaje de la mayoría social encierra un llamado y una convocatoria para buscar acuerdos y construir un mejor país desde lo ya logrado, sin partir de cero. Esta categórica decisión nos impone tareas, algunas de ellas urgentes, para abordar los que se han denominado los “dolores ciudadanos”, todos los cuales se han agudizado desde octubre de 2019. Temas como la inseguridad pública; el incremento de las listas de espera en salud; la inflación que deteriora los ingresos, las pensiones; la escasez de viviendas exacerbada por una inmigración descontrolada, y los efectos de la pandemia en el sector educación, son algunos de los más visibles.
Quienes tenemos responsabilidades en liderar equipos y organizaciones debemos hacernos cargo de contribuir en buscar mecanismos para avanzar, con un renovado sentido de urgencia, en la solución de estos grandes problemas nacionales, que afectan la calidad de vida de millones de chilenos. Para lograrlo, el camino es uno solo: la colaboración entre la sociedad civil y sus organizaciones, el mundo de las empresas y el Estado. Para obtener resultados eficaces resulta fundamental dejar de lado la sobrecarga ideológica que suele confrontar al mercado con el Estado. Necesitamos un mejor Estado y empresas que se desenvuelvan exitosamente en mercados cada día más competitivos. La pandemia demostró lo positivo de los logros que se alcanzan cuando el país entra en “modo colaboración” y practica la provisión mixta, en que el Estado y los particulares impulsan sus esfuerzos en el mismo sentido.
Ya en Enade de enero de 2022, el sector empresarial ofreció al nuevo Gobierno colaborar en temas cruciales, como cambio climático, agua, derechos sociales y territorio. Durante este año Icare ha seguido trabajando en profundidad estas materias, generando insumos que les puedan servir a autoridades y parlamentarios para el diseño de nuevas y buenas políticas públicas.
En estos días hemos iniciado, en conjunto con la CPC, las mutuales y las clínicas privadas, un trabajo conjunto en el ámbito de la salud, que ha sido muy bien acogido por la nueva ministra del ramo, Ximena Aguilera. Lo que se busca es poner toda la capacidad del sector privado en el objetivo de reducir drásticamente las 360 mil cirugías que están en listas de espera por más de 400 días.
Si esta iniciativa tiene éxito, el modelo puede funcionar en otros ámbitos deficitarios, como el acceso al agua potable, donde la gestión puede ser tan importante como los recursos.
Estas acciones no son incompatibles con el desafío de seguir construyendo cada vez mejores empresas, que perfeccionen la experiencia de relacionamiento con los ciudadanos, clientes, colaboradores, proveedores y comunidades con las que interactúan. En ello también estamos trabajando con el mismo sentido de urgencia, para recuperar confianzas y avanzar en sostenibilidad.
Estas son las prioridades de Icare y del mundo empresarial en un momento tan especial para Chile, en que estamos tomando decisiones que, esperamos, sean el marco en el que nos relacionemos en las próximas cuatro o cinco décadas.
Lorenzo Gazmuri Schleyer
Presidente de Icare