De las muchas escenas que el fútbol chileno suele regalarnos, la que se vivió en Antofagasta las últimas dos semanas entra, de seguro, en el grupo de las más excéntricas, pero también en el de las más lamentables. El alcalde, Jonathan Velásquez, decidió lanzar del estadio “Calvo y Bascuñán” al club Deportes Antofagasta, que ocupa las dependencias del recinto de la avenida Angamos desde su fundación, en mayo de 1966. A juicio del edil, la institución está en “toma” y lo más grave es que adeuda una millonaria cuenta de agua, cercana a los 300 millones de pesos.
Los “Pumas”, a través de su presidente y propietario, Jorge Sánchez, plantean que quieren pagar, pero lo que les corresponde, puesto que ellos solo utilizan una cancha de las tres empastadas y tampoco usan la sintética. Además, sostienen que en variadas ocasiones se acercaron a la municipalidad con el fin de establecer un contrato de arriendo o algún otro uso que permita la ley.
Una controversia que en circunstancias normales tendría que resolverse por la vía administrativa, o bien en los tribunales de justicia. Sin embargo, Velásquez recurrió a su aparato comunicacional. Grabó videos, los subió a las redes sociales, puso candados en los accesos, sacó la ropa de la utilería (todos los equipos tienen su lavandería donde entrenan, no se mandan a lavar las camisetas, como en el barrio, señor alcalde) y montó un discurso populista sobre la propiedad de la institución y las sociedades anónimas en el fútbol.
Una opereta barata, cuyo único afán fue armar una operación comunicacional, que rebajó la función pública de quien ejerce el cargo de alcalde de la ciudad. Es bueno aclarar que este columnista, a través de este espacio y otros en los que se desempeña, cuestionó la venta del club de Deportes Antofagasta, por parte de Osciel Guzmán a Jorge Sánchez, debido a la nula transparencia de la operación. Un largo juicio determinó que la venta se ajustó a derecho, más allá de la enorme cantidad de antecedentes que mostraban irregularidades en el procedimiento. Los tribunales zanjaron y no queda otra que aceptar, porque es lo que corresponde en una sociedad democrática.
La Corte de Apelaciones local, ante la presentación de Deportes Antofagasta, dio orden de no innovar y paralizó el desalojo del club. Se tendrá que ver el fondo de la causa, revisar los documentos, como sucede en un Estado de Derecho. La situación trajo una serie de consecuencias para los “Pumas”, que luchan por evitar su quinto descenso. La principal es que se aplazó el duelo ante Palestino para el próximo sábado 15, con el perjuicio natural para los demás involucrados en la batalla por no bajar.
Lo ocurrido en la capital minera de Chile muestra el riesgo del populismo. Jonathan Velásquez es un claro ejemplo de cómo una autoridad degrada su cargo, lo banaliza en busca del aplauso fácil de los incautos. La demagogia como acción política con todas sus letras. Seguro que grandes ediles de la ciudad, como Maximiliano Poblete, Santiago Gajardo o Floreal Recabarren, mi extraordinario profesor de Historia, que nos enseñó el valor de la democracia en tiempos duros, se dan vueltas en sus tumbas cuando miran al alcalde de los videos y las redes sociales.