El vuelo de Incheon a Honolulú, es decir de Corea del Sur a Hawaii, va repleto; es verano y en el Sky Corea 1501 viajan 121 personas más la tripulación, digamos 130 en total.
Lo que ocurra durante el vuelo ocupa la mitad del metraje, y la otra mitad sucederá en tierra firme, y en cada escenario la misma agenda y organigrama: un protagonista, ambos con hija, debe enfrentar y convencer al resto.
La narración, entonces, es un montaje alterno y una película realizada con cálculos y objetivos muy concretos: es para la gloria de sus actores y la educación de los espectadores, porque en tiempos de pospandemia mundial, nada más temible que un microbiólogo terrorista sentado en un asiento que da al pasillo, para experimentar con los pasajeros de un avión lo que antes probó con ratas de laboratorio. Su ligero y oculto equipaje es una cápsula de virus que provoca ampollas, picazón, retorcimientos, convulsiones, hemorragias y se trata de una mala manera de morir.
En Incheon, entonces, el sargento In-ho, interpretado por Song Kang-ho, el actor cómplice del director Boon Bong Joon, por “Parasite” (2019) o “The host” (2006) y desde luego por la notable “Memorias de un asesino” (2003).
A bordo del Sky Corea 1510, el expiloto Jae-hyuk (Lee Byung-hun), otra de las estrellas coreanas, desde “Yo vi al diablo” (2010) a su participación en la serie “El juego del calamar” (2021).
Incluso a la hora de los efectos visuales y filmaciones osadas, la película es tan justa y precisa, que le da a cada uno lo suyo.
En las calles de Incheon será un accidente callejero, filmado desde el interior del auto, desde la persecución, al choque y posterior volcamiento.
En el avión, un segmento de vuelo sin piloto, para que el avión se ladee y precipite, mientras los pasajeros rebotan entre el techo y el suelo del aparato.
El cine industrial coreano, donde “Emergencia en el aire” es un gran ejemplo, por lo general lleva otra agenda interior con motivos pedagógicos, comerciales y de imagen país.
La primera lección es que deben aprender inglés, algo que los coreanos adultos desconocen, pero los niños lo saben desde el colegio y son generaciones mejor preparadas.
La segunda es que no hay nada mejor que un celular coreano, porque en la intriga tanto el gobierno como los medios de comunicación van por detrás de la única y verdadera comunicación: redes sociales, internet, WhatsApp y todas las vías posibles. Y para eso se necesita un magnífico celular.
Lo último es que a la hora de la solidaridad mundial, por encima del gran amigo, Estados Unidos —y no digamos del gran vecino Japón—, no hay nada mejor, en lo humano y en lo cívico, que esos 130 vecinos coreanos (aunque en realidad ya son menos), que por cosas del verano y del destino se convirtieron en los pasajeros y tripulantes del vuelo de Sky Corea 1501.
“Bisang seoneon”. Corea del Sur, 2022. Director: Han Jae-rim. Con: Song Kang-ho, Lee Byung-hun, Si-Wan Yim. 121 minutos. En cines.