¿Cómo viene la cosa a partir del cinco? Aunque es mucha la incertidumbre y la probabilidad de equivocarse es alta, vale la pena aventurar una respuesta. Para acotar la pregunta, enfocarse en el dólar es buen punto de partida, no porque sea lo más relevante, sino porque refleja bien los fenómenos subyacentes en juego.
En relación con otras monedas con que el peso históricamente tuvo un comportamiento similar, desde octubre de 2019 nuestra moneda ha acumulado un castigo de 25% en su valor, un tercio del cual se ha producido este año y dos tercios entre fines de 2019 y diciembre de 2021. Como el futuro es probabilístico, es útil interpretar este castigo made in Chile como reflejo de diferentes escenarios —algunos buenos y otros malos— con distintas probabilidades de ocurrencia. De esta manera, la reacción del dólar a partir del 5 dependerá de cómo los resultados electorales modifiquen las probabilidades de ocurrencia de distintos escenarios.
En mi opinión, un triunfo del Apruebo —especialmente si es interpretado como un triunfo del octubrismo— aumenta fuertemente la probabilidad de escenarios malos para la economía nacional, acotando la posibilidad de escenarios positivos. De esta manera, todo hace pensar que el castigo al peso debería aumentar. ¿Cuánto? ¡No pida tanto!
Por el contrario, el triunfo del Rechazo disminuye considerablemente la probabilidad de escenarios muy malos para la economía, pero no despeja todas las dudas, ya que el desenlace depende de un acuerdo institucional incierto que requerirá del concurso de vencedores y perdedores. Por ello, aunque un triunfo del Rechazo pueda disminuir en algo el castigo del peso —especialmente en los días posteriores al evento—, todo sugiere que estamos frente a una asimetría importante: el espacio de pérdida para el peso en caso de triunfar el Apruebo es mucho mayor que la ganancia si gana el Rechazo.
Esta lógica también sirve para entender la trayectoria de otros activos, o las decisiones de inversión y empleo. Por ello, aunque hay una buena parte de la evolución de la economía en los próximos trimestres que está determinada por la situación externa y la pérdida de impulso interno, la acción política a partir del cinco puede marcar una diferencia importante. De triunfar el Apruebo, el principal desafío económico del Gobierno será evitar un aumento considerable en la percepción de riesgo que empuje a la economía por un tobogán el próximo año. En contraste, aunque es difícil anticipar una gran oleada de optimismo en caso de triunfar el Rechazo, una buena conducción política podría darle al Gobierno —y al país— una salida constructiva.