Al fin, todo es relativo y no hay reglas inamovibles en el fútbol. Todo depende, y el que quiera alzarse como infalible, está perdido.
La reflexión ahora surge a partir de lo acontecido en el último clásico universitario que ganó la Católica, pero que dejó cierto saborcillo en la U por lo exhibido en el segundo tiempo. Y se ensayaron teorías, pero una fue la que prevaleció. Muchos de los comentaristas, analistas e hinchas dejaron entrever que el alza que mostraron los azules tuvo mucho que ver con el ingreso de dos jugadores jóvenes de la cantera: el volante Diego Osorio y el delantero Lucas Assadi.
Conclusión express y teoría de casi todos: la U, para salir de su irregularidad en el torneo, debe empezar a darle a estos jugadores —y tal vez a un par de jóvenes más— la titularidad en el equipo.
Curiosa visión. Hace un par de semanas, con ocasión del Superclásico ante Colo Colo, el DT Santiago Escobar fue fuertemente criticado justamente por darle estelaridad a un par de canteranos —uno de ellos, el propio Osorio— ante el rival más enconado y que terminó pasándolo por arriba.
Es decir, ¿somos o no somos? Decidan su posición, señores: ¿Hay que darle juego a los jóvenes como principio o solo es una postura acomodaticia de acuerdo a un resultado o a una actuación eventual?
Parece más lo segundo. Aunque la verdad es que jugársela por la primera opción es una tontería, porque los jóvenes por cierto que deben tener oportunidades, pero tienen que ganárselas y aprovecharlas demostrando que son mejores que el titular en cada entrenamiento y cada vez que entran a la cancha.
Ser joven no debe ser un límite para jugar, pero tampoco una ventaja. En la alta competencia, no caben las imposiciones o reglamentos hechos en los salones dirigenciales (como esa tontería de los minutos acumulables), sino que el rendimiento y capacidad.
Diego Valencia, en la UC, sacó del equipo (y a la larga, del club) a Gastón Lezcano porque cuando entraba a la cancha hacía más goles y daba más variantes tácticas al DT de turno que el “Gato”. Y hoy Gonzalo Tapia tiene con cero o poca opción de estelaridad a Fabián Orellana, César Munder y Lucas Melano.
El tema se puede analizar desde otra perspectiva. En Colo Colo, que promocionó el año pasado a muchos jóvenes, la polémica es por qué alguno de ellos no es hoy titular, sino que solo alternativa.
Veamos. ¿Omar Carabalí es mejor arquero hoy que Brayan Cortés? ¿Jeyson Rojas aporta más variantes que Óscar Opazo? ¿Vicente Pizarro debe dejar en la banca a César Fuentes o Esteban Pavez? ¿De verdad Joan Cruz supera consistentemente en estos momentos lo que puede hacer Leonardo Gil o Gabriel Costa?
Dejemos las respuestas abiertas, para no imponer ideas.
Pero de eso se trata. No solo de analizar con la reacción fácil, sino que hay que ir un poco más allá. Osorio y Assadi llamaron la atención, entre otras cosas, porque la UC se fue quedando y cediendo. No como en el primer tiempo, donde los chicos quizás no hubiesen brillado tanto.
El fútbol es el yo y la circunstancia. No hay dogmas. Cuidado con tratar de imponerlos.