Hace una semana nos preguntamos por el mejor jugador histórico de la UC. Había, en realidad, dos preguntas y solo contestamos una. La otra, ¿el mejor equipo cruzado de la historia? Algunos aficionados fueron más allá y en las redes sociales y plantearon otra inquietud: ¿Este tetracampeón es el mejor equipo de la historia del fútbol chileno?
El planteo es interesante, no solo para los seguidores del campeón, sino para quienes dan miradas retrospectivas y afinan juicios sobre el fútbol y las épocas.
En la historia propia del club, no hay duda de que los planteles del tetra están por lejos a la cabeza en el historial cruzado. Nadie podría discutirlo. Son cuatro títulos consecutivos, con distintos entrenadores. Con un agregado notable: las edades de los protagonistas que estuvieron en las cuatro conquistas: José Pedro Fuenzalida, Ignacio Saavedra, Luciano Aued, Raimundo Rebolledo, Diego Buonanotte, Diego Valencia y Germán Lanaro. Unos consagrados y otros muy jóvenes, estos siete hicieron la estructura del tetracampeonato.
Se trata de un fenómeno notable, pues la eficiencia y la renovación no estuvieron dadas por una continuidad técnica. Al contrario, en la banca hubo una rotativa y la permanencia se dio en la gerencia técnica y en la directiva. Algo casi excepcional en un medio en que esos cargos son ejercicios en medio de permanentes conflictos, acusaciones y, tantas veces, por rateros.
Dependiendo de paladares futbolísticos, tal vez haya un equipo que a alguien le haya parecido mejor. ¿La Católica del 61, por ejemplo? Ahí había más mística que fútbol, es cierto, pero el desenlace de alta tensión del torneo tuvo importancia para sus hinchas. Lo mejor del historial estuvo, sin duda, en 1987, con la formidable escuadra de Ignacio Prieto que ganó el campeonato con más del 80% de rendimiento.
En gustos no hay nada escrito y en las estadísticas no hay gustos.
El otro asunto: ¿Está el tetracampeón entre los mejores equipos chilenos campeones? Por supuesto que no es posible responderlo. Tendría que haber otros tetracampeones en torneos largos. Y no hay. Sus cuatro títulos consecutivos los logró Colo Colo en torneos cortos (1966-67). Entonces no hay comparación posible.
Tampoco puede compararse con el Ballet Azul, que llenó un período largo, en el que logró un bicampeonato.
Está por verse, ahora, el desempeño internacional del equipo, donde hay una vara muy alta: la que dejó la escuadra dirigida también por Ignacio Prieto en la Copa Libertadores de 1993, en la que llegó a la final, que quedó en manos de Sao Paulo.
Con esta actuación internacional es Ignacio Prieto el que se incorpora con rasgos especiales a la galería de entrenadores distinguidos del club. Es bastante decir para la banca que ocuparon Fernando Riera, Manuel Pellegrini y otros de nivel.
Y ese es otro tema. La banca de estos días.