La pregunta quedó planteada cuando Cristián Paulucci dijo que José Pedro Fuenzalida “es el jugador más importante en la historia de la UC”. Es una buena pregunta.
Ha tenido grandes figuras el actual tetracampeón. Hoy y siempre.
De sus comienzos en el profesionalismo surge con nitidez la figura de Sergio Livingstone, el primer arquero que salió del marco para inaugurar una presencia novedosa, tal vez revolucionaria, en la evolución del puesto en Chile. Su trascendencia, entonces, no se redujo a su club. Y marcó un hito internacional con su transferencia a Racing y su desempeño en el club argentino. (Sin entrar, aquí, a su defensa del seleccionado nacional).
También de la primera época surge la figura inmensa de José Manuel Moreno, el “Charro”, que fue la primera contratación “millonaria” del fútbol chileno y que condujo al equipo cruzado al título de 1949. Moreno hizo primar la importancia de un solo individuo sobre el colectivo, algo que nadie logró antes ni después. Ese título, el primero de la UC, instaló al club entre los grandes y nadie puede saber cuánto más habría demorado en conseguirlo sin esa conquista. Fue cruzado solo una temporada, pero ¡qué temporada!
Y en los 60 destella la figura inconfundible de Alberto Fouillioux. Su popularidad sobrepasó con mucho las fronteras de su club y, además, del fútbol. El público juvenil femenino lo hizo uno de sus favoritos y hasta se compuso una canción para él. Las barras contrarias lo enfrentaron sin piedad, pero nada le hizo mella. Y no todo fue popularidad. Como futbolista aportó sentido táctico, entrega total al equipo, espíritu de sacrificio, ductilidad para desempeñar distintas funciones. Un jugador confiable que llenó una época (permítame redundar) en una época notable de su club. No es fácilmente igualable el “Tito” Fouillioux. ¿Lo iguala José Pedro Fuenzalida, tan parecido al astro de los 60 en entrega?
Se citan otros nombres entre los históricos del club. Tiene preferencias Ignacio Prieto, quien me parece más trascendente como entrenador de la UC que como jugador, aunque también era de una tremenda entrega (se decía que “Tribilín” era los pulmones de Néstor Isella). Se recuerda también a Mario Lepe, un guerrero de fuste y abnegado defensor. Hay menciones para Alberto Buccicardi, jugador, capitán y luego entrenador (de la UC en 1949 y de Chile en el Mundial de 1950) y más adelante soporte de la carrera de periodistas, entre ellos este columnista que lo recuerda con respeto y cariño.
Ellos son figuras respetables del club hoy tetracampeón, pero no al nivel futbolístico y trascendencia institucional de Fouillioux, Livingstone y Moreno.
De nuevo: ¿Los iguala José Pedro Fuenzalida? Digamos que los supera a todos en títulos, que no son solo los del tetracampeonato. Y seguramente los iguala en entrega, en identificación con el club, en desprendimiento personal a favor del equipo, en aptitud táctica.
Pero ¿es el mejor futbolista de la historia del club?
Lo mejor es que contesten los que leen. Pero, si me apura, le digo que el top lo comparten José Pedro Fuenzalida y Alberto Fouillioux.