Señor Director:

Las elecciones del domingo demuestran, en mi opinión, que Chile dejó de ser un país que vota por izquierda/derecha, para convertirse más bien en un país que quiere progresar. Existe un amplio consenso en que necesitamos ser un país más justo y equitativo, pero no a cualquier precio. Todo(a)s queremos que nuestros hijo(a)s tengan un mejor futuro, pero no a costa de no poder proveerles con lo básico que requieren hoy.

A mi parecer, la sensación de impunidad hacia la violencia (relativizando, incluso, su definición y alcances), de intolerancia a pensar distinto, de desconocer lo bueno y cierto desapego hacia los símbolos patrios motivó a que las personas votaran por el candidato (y su proyecto político) completamente opuesto. No porque esas personas se volvieron extremas, sino para equilibrar la situación. Enviar un mensaje. Es lo que sucede en EE.UU. y se denomina “checks and balances”, es decir, que nadie sienta que tiene el monopolio de la verdad, sino que entre todos se llegue a un real consenso en pos del bienestar ciudadano.

Estas elecciones demuestran que Chile es un país formado por personas con más criterio y opinión que ideología. Esperamos que la clase política tenga una lectura similar y nunca olvide que las personas necesitan y quieren progresar por el bien propio, de sus familias y su país.

Verónica Campino