—El problema de los chilenos es que somos todos adanistas.

—¿Qué es eso, profesor? ¿Qué quiere decir con eso de adanistas?

—Somos adanistas porque nos creemos Adán. Es decir, si creemos algo es: “el mundo comienza conmigo; la historia y todas esas cosas que dicen que sucedieron antes de que yo naciera son pamplinas, sin importancia”.

Me dejó pensativo mi profesor, que siempre me dejaba en igual estado de perplejidad. He escuchado muchas veces decir que Chile es un país de historiadores, o de historiadores frustrados por lo menos. Menéndez Pelayo afirmó que éramos un país de juristas e historiadores, pero claro que vivió hace mucho tiempo y no sé si estaría en condiciones de repetirlo en el siglo XXI. Quienes cultivaban la historia eran grandes figuras en el siglo XIX, respetadas, que además participaban de los debates públicos. Y escribían mucho más de 140 o 280 caracteres para desarrollar sus puntos de vista y sus análisis.

Se dice que fueron reemplazados por los economistas, ingenieros comerciales y gerentes. Estos últimos también han sido barridos por la historia, porque, según parece, mi profesor tenía razón y en Chile creemos siempre que estamos empezando, solo que ahora lo estamos haciendo bien. ¿Quiénes son los nuevos genios? Habría que averiguarlo en el Congreso y en la Convención Constituyente, donde no parece haber una marea claramente dominante, sino solo campean ideas viejas que se presentan como originales. Como no hay historia, claro que podrían entenderse así.

Si nos desprendemos del pasado y nos creemos Adán, tenemos un gran futuro por delante.

Dr. Yes