Impacta, es triste, el motivo y circunstancias del traslado de los restos del Soldado Desconocido, hasta el jueves depositados a los pies del monumento al general Baquedano.
El Ejército se vio forzado al retiro ante la incapacidad del Estado de cumplir con su obligación de proteger la tumba del soldado, la estatua del general y su vecindario.
Elocuente era la placa de la sepultura del cuerpo, encontrado en las cercanías de Tacna, después de la Batalla de Alto de la Alianza, uno de los combates más decisivos de la Guerra del Pacífico. El sobrio epitafio, instalado en el monumento inaugurado hace 70 años, mencionaba que allí descansaba uno de los soldados que forjaron los triunfos del heroísmo chileno. Entonces se informó por “El Mercurio” que “las cenizas fueron bajadas a la fosa mientras el público se descubría reverentemente y los estandartes militares se inclinaban ante la última morada del héroe anónimo. El acto culminó con la salva mayor de 21 cañonazos de batería del Regimiento Tacna”.
La remoción trasciende al héroe anónimo, símbolo del sacrificio y nobleza de miles de soldados, hombres y mujeres, que entregaron sus vidas en la defensa de la patria. Fue, desde octubre de 2019, como tantos otros, víctima de la violencia y el odio desencadenados por extremistas.
Con sobriedad, bajo los acordes del Himno Nacional, con honores y la custodia por una unidad militar, se inició el desplazamiento de los restos, que fueron recibidos por el comandante en jefe del Ejército en el Regimiento Buin. Ayer fueron sepultados en el Mausoleo Militar del Cementerio General, en ceremonia solemne presidida por el ministro de Defensa Nacional.
La remoción desde su monumento original es un triunfo de la violencia, una decepción y ofensa para quienes buscan la paz, la plena vigencia del Estado de Derecho y el debido respeto a los testimonios de los valores patrios.
Tumbas y panteones semejantes de los caídos en batallas son honradas y visitadas por las autoridades, población y turistas en el resto del mundo. En numerosas capitales, ciudades y países, bajo las más diversas formas de gobierno, razas y culturas, las criptas simbólicas de sus héroes son debidamente custodiadas y objeto de permanentes homenajes, al margen de los cambios políticos.
La provisoria sepultura es indicativa de haber tenido que recurrir a un último recurso, las fuerzas armadas, para proteger un símbolo nacional, la tumba del Soldado Desconocido.