El barco se llama Niamh Cinn Oir, es Irlanda, está en gaélico, y es Niamh del Cabello Dorado, donde son dos los patrones, en realidad es más Freya (Connie Nielsen) que su esposo Gerard (Dougray Scott), y cuatro tripulantes, de los que un par son emigrantes, y la recién llegada no pertenece al gremio de la pesca en altamar, sino al de la ciencia y los altos estudios, porque la joven Siobhan (Hermione Corfield), para doctorarse, necesita la práctica en el estudio del comportamiento de los fondos marinos, y los dueños del barco, por su lado, requieren dinero extra, porque pasan por malos tiempos.
La historia transcurre en la Tierra y sobre el océano, pero podría ser distinto el escenario: ciencia ficción y el espacio exterior, para una película sencilla y bien lograda, hasta cierto punto, algo frecuente en un género al que le entra agua, nunca mejor dicho, a medida que avanza.
“Terror en altamar” logra presentar, con pocos trazos, a sus personajes y la relación entre ellos, donde se aceptan las jerarquías y se vive con camaradería, algo que no cultiva Siobhan, severa, parca y sin habilidades sociales. Introducir y diferenciar a los personajes, algo que está en los mandamientos del género, es un dato esencial, para que importe lo que va a venir.
Lo otro es tomar una decisión equivocada, por necesidad y no con malos propósitos, pero equivocada: internarse en una zona de exclusión, lejos de la guardia costera y las comunicaciones, por ir en busca de lo que parece un cardumen.
La directora y guionista Neasa Hardiman añade un ingrediente extra que aporta volumen, porque hay tradiciones de ritos, rezos a invocaciones a Dios que se respetan, y así es como la historia navega hacia tiempos ancestrales de terrores marinos.
Y hay otra tradición, en realidad una superstición: las pelirrojas a bordo son de mal augurio. Siobhan, por cierto, es bien pelirroja y la antigua creencia, en este caso, se cumple a cabalidad, cuando algo desconocido detiene al barco en altamar y Siobhan, porque es parte de la práctica, se sumerge y descubre, en términos generales y para empezar a hablar, lo que podría ser una de las enormidades cósmicas que describió H. P. Lovecraft.
La imaginación de Lovecraft, sin duda, está en la cabeza de la directora y guionista, pero no es un dato para la tripulación, así como tampoco la advertencia demasiado especializada de Siobhan: sería una criatura hadopelágica.
Es decir, proviene de la zona hadal y después de los seis mil metros de profundidad y hasta que el océano se pierde bajo la Tierra, por el Hades, el infierno y el reino de los muertos.
Si la tripulación hubiese leído a Lovecraft y entendido, al instante, lo de criatura hadopelágica, no habrían padecido lo que viene, según el título en español: “Terror en altamar”.
“Sea fever”. Irlanda - Reino Unido - Suecia - EE.UU. - Bélgica. 2019. Directora: Neasa Hardiman. Con: Hermione Corfield, Connie Nielsen, Ardaland Emaili. 95 minutos. Cinemark on line.