Señor Director:

El debate de fondo sobre el proceso constituyente se refiere a si los convencionales respetarán las normas con las cuales fueron elegidos, y que la Lista del Pueblo, asesorada por Eric Palma, ha cuestionado abiertamente. La Convención debe funcionar dentro de los límites establecidos por la reforma constitucional de diciembre de 2019. No se trata de una asamblea constituyente con poderes omnímodos. Y creer que el plebiscito de octubre del año pasado resolvió algo como eso es una lectura distorsionada, que es la que han hecho, por desgracia, numerosos convencionales mal aconsejados.

Palma dijo en Emol TV que no hay que preocuparse “por el ejercicio del poder constituyente originario en un contexto de validación de Chile como república democrática”. En realidad, sí hay que preocuparse, porque la Convención no encarna el poder constituyente originario, y Chile no necesita validarse como república democrática.

La Convención debe su existencia precisamente al funcionamiento de la república democrática. Su ámbito de competencia deriva del acuerdo entre los poderes Ejecutivo y Legislativo, que luego fue refrendado por el plebiscito. O sea, la Convención no puede ir más allá del marco constitucional que la legitimó. Debe limitarse a elaborar un proyecto de nueva Constitución, que luego será sometido a plebiscito. Si intenta “correr el cerco”, se anulará a sí misma. Debería estar claro para todos, con el fin de evitar equívocos que pueden dañar nuestra convivencia y afectar la estabilidad institucional.

No puede haber “convencionalismo de facto”. Y será mucho peor si se pretende imponerlo desde fuera con actos de intimidación. Tenemos que mejorar la democracia, no meterla en un atolladero, que es exactamente lo que implica la vía de imaginar la refundación de un país que no necesita ser refundado.

Sea que la Convención funcione razonablemente, sea que no lo haga, Chile no estará en tierra de nadie. Dentro de 139 días, elegiremos Presidente de la República, senadores y diputados. Cualesquiera que sean las circunstancias, representarán la continuidad institucional.

Sergio Muñoz Riveros