Señor Director:

Por un lado, este lunes recibimos en nuestro hospital a una paciente de 25 años, sana, cursando un embarazo de 32 semanas y una insuficiencia respiratoria aguda por covid-19 grave que debió interrumpirse por cesárea de urgencia para luego quedar en ventilación mecánica invasiva. Así se unió a otras dos pacientes aún embarazadas que están conectadas al ventilador desde la semana anterior. Las tres tienen menos de 40 años y no contaban con un esquema de vacunación para covid-19.

La Sociedad Chilena de Obstetricia y Ginecología en abril levantó una encuesta en 28 centros del país, con resultados alarmantes: 30% de las embarazadas covid-19 (+) hospitalizadas ingresan a una unidad UCI/UTI, y de ellas un 58% requiere ventilación asistida.

Por otro lado, si bien recibimos con alegría la noticia a finales de abril del inicio del esquema de vacunación a embarazadas con comorbilidades —que luego se extendió a todas—, en nuestra unidad de Alto Riesgo Obstétrico, donde atendemos pacientes con diferentes patologías que agravan el embarazo y que requieren cuidados hospitalarios, algunas de ellas con estadías prolongadas, actualmente no pueden recibir o completar su esquema de vacunación estando hospitalizadas. Es foco de nuestra preocupación, puesto que el Ministerio de Salud ha dispuesto no vacunar a pacientes hospitalizadas quedando muchas de ellas sin acceso a la vacuna, incluso habiendo recibido la primera dosis en el consultorio previamente a su ingreso al hospital.

Cada vez se nos hará más difícil tratar al primer grupo de mujeres si en nuestras mismas salas hospitalarias tenemos a embarazadas expuestas al virus, sin el acceso a una vacuna oportuna. Creemos que urge agregar lógica y sentido común a los protocolos actuales, a fin de proteger de manera eficaz a nuestras pacientes.

Dra. Tania Mergudich Thaldr
Roberto Soto Figaridr
Efraín Paredes Pinosdr
Pedro Gutiérrez Contreras
Residentes de Obstetricia y Ginecología UC
Hospital Sótero del Río