Los debates presidenciales televisivos ya no se ganan o pierden el día en que ocurren. En la era de las redes sociales, el triunfo o la derrota llegan con “dilei”, como dice el anglicismo, o sea, con efecto retardado.
El debate televisivo más famoso de todos, el que inauguró el género, ocurrió en la campaña presidencial estadounidense de 1960 y enfrentó a Kennedy y a Nixon. El primero era senador demócrata y el segundo era el vicepresidente de EE.UU., quien llegaba con ventaja al duelo.
La historia cuenta que Kennedy compareció bronceado y con un traje especialmente escogido, mientras Nixon rechazó maquillarse, no se afeitó y cojeaba con una pierna, ya que se recuperaba de una lesión. Las encuestas mostraron que la gente que vio el debate por televisión opinó que Kennedy había ganado lejos. Quienes, en cambio, escucharon el programa por la radio estimaron que el triunfador había sido Nixon. Hubo tres debates más durante esa campaña y Nixon aprendió rápido de los errores. El desenlace de la elección fue un muy apretado triunfo de Kennedy.
¿Quiénes ganaron los debates de esta semana, en que se midieron los candidatos a las primarias presidenciales de la centroderecha y la izquierda radical en Chile? Estoy seguro de que esas noches, al irnos a dormir, todos quedamos con alguna idea en la cabeza.
Hubo gente que quiso llamar a la Seremi de Salud para que fiscalizara a las duplas Boric-Jadue y Lavín-Desbordes, por actuar tan como “contactos estrechos”. Se olía que algo se cocinó entre ellos. Para qué esconderlo, digo yo. Esas alianzas hay que mostrarlas con orgullo, aprovechando la efeméride.
¿Salieron beneficiados Sichel y Briones por esa “colusión” de los otros, que se trataron con guante blanco y se tiraron flores en vez de competir abiertamente? ¿Premiará la gente la franqueza ruda de Sichel y Briones? ¿O los castigará?
¿O la gente más bien se dejará llevar por el atractivo físico de los contendientes, como ocurrió hace 50 años con Kennedy y Nixon, donde el guapo sacó ventaja? ¿Sacó ventaja Boric con su perfilado de barba perfecto, sus anteojos cool y su corte de pelo colegial? ¿O Sichel con sus ojitos de piscina?
¿O la clave estuvo en el contenido, el relato, las propuestas programáticas y las ideas? ¿Dónde se ganó el partido?
Lo que muchos no esperábamos era que la pelea se libraría en TikTok. Y que allí la ventaja sería de Lavín.
Cuando en el debate vi a Lavín contar que vecinas de Las Condes le pedían que llamara por teléfono a sus hijos para disuadirlos de caer en la marihuana, sentí un escalofrío en la espalda. No sé de dónde, pero llegó a mi mente la canción de The Doors “The End”.
Me imaginé una avalancha de memes burlándose de Lavín por hacer en TV abierta tamaña ñoñería… con mímica y deditos levantados simulando un auricular de los de antes.
Y, en efecto, en segundos aparecieron los memes. Y lo hacían bolsa.
Pero qué creen. Lavín usó la misma energía del tsunami de memes para montarse en él y salir jugando hasta dar vuelta el partido. De lo más visto y “likeado” en las redes hacia fines de la semana era el propio Lavín riéndose de sí mismo, con videos llamando a cabros para sacarlos de la droga.
Es un genio del marketing. Nunca lo olviden. Y sospecho que ganó los dos debates.