Que cuarentena, que después no, que después sí. Que abre, que cierra. Que en pocas mesas, que en ninguna. Que ya venía aporreado por estar en el barrio Lastarria, pero que aun así, machucado y todo, sigue resistiendo. Y apenas retornó a fase 1 la semana pasada, este restaurante presentó una nueva carta de delivery. De inmediato, al instante. Porque Le bistrot viet es fiel a una tradición de pelea contra la adversidad y resistencia histórica, que nadie lo dude. Así que, a pedir.
Esta carta es más extensa y muy, pero muy atractiva. Y le haría bien una pequeña explicación de algunos platos, para no tener que estar googleando al momento de pedir. Porque la idea es también invitar a nuevos clientes, ¿no? Y este recado es para muchos debutantes en la oferta a domicilio: mejoren su comunicación, por favor.
Y ya: para comenzar, esa gloriosa combinación entre frito y fresco, unos nems ($5.200). En esta ocasión, se pidieron estos rollos rellenos de chanchito y camarón (como para dejar en el olvido a ese omnisciente repollo de restaurante chino). Se envuelven en lechuga, con gran cantidad de hojitas de menta fresca, se untan en una salsa punzante y listo: una explosión en el cerebro que entra como guerrilla por la nariz y el paladar.
Después de esta gran entrada -los hay de distintos rellenos-, la sopa clásica vietnamita: pho ($5.900). Gran pote con su caldo claro pero intenso, seguramente de algún buen corte con hueso (se pidió el con trozos de carne), con abundantes fideos de arroz. De complemento, para terminar de armar, unos dientes de dragón y cilantro. Si se para la nariz, siempre aparece alguna nota a otras especias, como ocurre con el anís del chancho al caramelo ($7.900). Oh, qué maravilla de plato. Cortes glaseados con su borde crujiente y su grasita. Realmente una gran sorpresa gran. Y le lloró un arroz jazmín de la carta. Nuevamente: se recomienda guiar y sugerir.
Para compensar tanto mal karma cuadrúpedo, un plato vegetariano, de una carta que tiene muy regalones a estos clientes verdes. Y estos tallarines salteados veganos –banh pho xao, $9.900- debieran estar en la wishlist de cualquier vegetariano que se precie. Porque la abundancia de tofu sellado, láminas de shiitake con un toque a vinagre, cebollín, espárrago y maní es un complemento más que un adorno. Gran plato, repleto de complejidades y proteínas varias.
Para terminar, una créme brûlée bien singular ($3.900), que se termina de armar con abundantes láminas de frutilla almibarada, aumentando la carga dulce y aportando también el toque ácido de la fruta. Si a esto se suma un porongo de crema de coco, voilá. Un cierre sorprendente para una experiencia acorde. No por nada son el mejor vietnamita de la capital.
Pedidos por Instagram @lebistrotviet o directo por teléfono al +562 33457491.