La otra vez que Robert de Niro y Christopher Walken actuaron juntos, como ahora “En guerra con mi abuelo”, fue hace más de 40 años y ocurrió en “El francotirador” (1978), la obra maestra de Michael Cimino.
Lo actual es un encuentro de viejos donde Ed (De Niro), que enviudó y aún no se consuela, debe trasladarse a la casa de su hija Sally (Uma Thurman) y ocupar la habitación de Peter (Oakes Fegley), su nieto de 12 años, quien parte rumbo al ático; pero el niño no se conforma y le declara la guerra a su abuelo, que responde con armas similares: meter ruido con un juguete, aligerar las bisagras de una puerta, desatornillar los soportes del escritorio.
Uno de los encuentros finales, para decidir si el ganador ocupa la pieza o el ático, es sobre camas saltarinas, mientras se lanzan pelotas de plástico, y en esas condiciones es cuando Ed convoca a su viejo amigo Jerry, interpretado por Walken. Saltan briosamente sobre la cama elástica, son dobles por supuesto, pero son ellos cuando reciben pelotazos en la cabeza o en el cuerpo.
Robert de Niro —porque no hay mejores papeles, acá se puede culpar a la industria, o quizás por la necesidad de dinero, o simplemente porque es su profesión, aunque desde luego mal aconsejado, si es que pide y acepta consejos— ha participado en una ristra de comedias penosas: “El gran casamiento” (2013), “Mi abuelo es un peligro” (2016) o “La última estafa” (2020), que en vez de agregar algo a su larga y premiada carrera, lo que en realidad hacen es ensuciar su filmografía.
Tim Hill, el director de “En guerra con mi abuelo”, tiene una trayectoria de dos décadas y entre sus títulos destacan “Los Muppets en el espacio” (1999), “Garfield 2” (2006) y “Bob Esponja: al rescate” (2020).
Ayer una pandilla de títeres, un gato flojo y reflexivo y un organismo simple y acuático, y ahora es Robert de Niro, como personaje principal, y Walken, en plan secundario, a lo que habría que agregar a Jane Seymour, una ex chica Bond, aunque usted no lo crea, y a Cheech Marin, que es lo que menos importa.
Habrá que añadir, ya para rematar la historia, que el humor en torno a los personajes de Robert de Niro responde a un nivel rudimentario y gira en torno al adulto mayor, porque es un viejo que no entiende de celulares, tablets y se confunde al comprar en el supermercado, como en esta película. En otras será un veterano deslenguado que se quiere ir de juerga y en otras comedietas, el dato es la potencia sexual y su genitalidad.
Lo de cada día puede ser peor tiene un correlato: con cada nueva película puede ser peor.
Lo que no deja de ser sorprendente en De Niro, que figura en el podio de los actores cumbres del cine estadounidense del último medio siglo.
¿Quién lo estará aconsejando y guiando? Al Pacino.
“The war with Grandpa”. EE.UU.-Reino Unido-Canadá, 2020. Director: Tim Hill. Con: Robert de Niro, Oakes Fegley, Uma Thurman. 94 minutos. En Amazon Prime Video.